La creciente soledad del alcalde de Cádiz
Conforme han ido pasando los meses, el círculo próximo al alcalde se ha ido haciendo más y más pequeño
Los periodistas advertimos una cosa que es común a todos los políticos. Conforme van ganando poder, cuanto más influyentes se hacen, mayor es el círculo de interesados y sopistas que les rodean. No es algo exclusivo de ellos, por supuesto. Un empresario, un cantante o ... un futbolista está acostumbrado a ver cómo, a medida que gana poder, tiene que ir estrechando más manos. Pero también se da el fenómeno contrario: conforme va menguando su relevancia va quedándose más y más solo. Es por eso que llama la atención que el alcalde de Cádiz, aún en el ejercicio de su poder, no haga sino perder más y más apoyos. El resto de la tripulación parece que no quiere esperar a que el barco se hunda y ya está buscando el bote salvavidas más próximo.
La decisión de José Ramón Páez de caerse de las próximas listas pone aún más en evidencia la larga soledad de Kichi. Ya el que ha sido su escudero durante estos siete años de travesía, Martín Vila, dijo hace meses que no le acompañaría en un tercer mandato y que no se presentaría. Como en los matrimonios de antaño, si sigue a su lado aún es por pura inercia. Ya en la presentación del pasado jueves de la lista de Adelante Cádiz se pudo adivinar el progresivo aislamiento en el que han ido cayendo los miembros del círculo de González Santos. A todos los actos van siempre los mismos, ya sea como protagonistas, como acompañantes o como meros figurantes. Lo preocupante es que esa sensación de que muchos están sólo pendientes de hacer bulto se está trasladando a la gestión del Gobierno en el día a día.
El rosario de responsables políticos que, desde que comenzó la aventura populista en 2015, han ido dando un paso atrás es tan amplio que en los últimos tiempos ha habido problemas para completar la lista de concejales. Toda una metáfora de lo que ha sido la política del equipo de González desde que llegara al sillón de San Juan de Dios: una apuesta por una ideología tan sectaria que al final se ha quedado completamente solo.
