El apunte
La corta memoria del socialista Ruiz-Boix
Las declaraciones del secretario provincial socialista sobre la concertación de camas con el grupo Pascual revela o una memoria corta o un cinismo largo
El secretario general del PSOE en la provincia de Cádiz, Juan Carlos Ruiz Boix, ofrece un abismo de duda después de hacer públicas unas declaraciones sobre la concertación sanitaria con las clínicas Pascual. O es un ignorante, que no sabe que su partido estuvo gestionando ... y malbaratando la sanidad pública andaluza desde los años 80, o es un cínico que aprovecha, ahora, su puesto en la oposición para criticar en la coalición PP-Ciudadanos lo que ellos mismos habían fomentado. Habida cuenta de que Ruiz-Boix ha sabido gestionar una alcaldía tan complicada como la de San Roque y que ostenta la vicepresidencia de la Diputación, no parece un ignorante de lo que se cuece en política en presente, pasado o futuro.
Así que nos inclinamos por pensar que detrás de sus palabras de ayer, en las que denunciaba «la posición de privilegio de Pascual en los conciertos sanitarios» (aunque le parezca mentira, es textual) se esconde la triste práctica política de la demagogia. Más aún cuando el político, más centrado en la futura campaña electoral que en la gestión presente de sus responsabilidades, afirma que «el Gobierno de la Junta, potenciará la red de hospitales públicos como ya hiciera en el último mandato con el hospital San Carlos, el de La Línea y el HARE de Vejer». Además de que olvida que el impulso de estos tres centros sanitarios ha venido de la mano de la administración de Jesús Aguirre, omite que los conciertos con el grupo Pascual eran la norma en la etapa socialista en los mismos centros que ahora, ventajista y olvidadizo, él critica.
Y que la Junta tuvo una coyuntura económica muy favorable cuando los gobiernos de Chaves, Griñán y Díaz gobernaban como para haber planteado infraestructuras sanitarias en la capital, en El Puerto, en Sanlúcar y en Villamartín. No diremos que se podían haber destinado parte de los euros de los ERE fraudulentos a estas obras, que los favores hay que pagarlos, pero sí que se podría haber realizado una planificación desde lo público que evitara recurrir a esos centros privados que ahora se critican con el mantra de la privatización malvada de la derecha. Una derecha que, pese a tener que enfrentarse a la mayor crisis sanitaria de la historia reciente de España, ha mantenido el compromiso con el ciudadano sin estridencias y con la mayor eficiencia posible.