El Apnute
Cádiz, a contraflecha
El mismo día en el que la Iglesia y los cofrades anuncian el regreso de procesiones y los expertos dan por vencida la pandemia, el Ayuntamiento pospone el Carnaval por temor al Covid
Pues sí que va a resultar que Cádiz es diferente. El mismo día en el que la Iglesia y los cofrades anuncian el regreso de procesiones y cultos externos con total normalidad, la misma tarde en la que los expertos autorizan el aforo completo en ... cines, teatros y conciertos y le informan al presidente Juanma Moreno de que la pandemia está «prácticamente vencida», el Ayuntamiento decide posponer el Carnaval para junio, en la antesala del verano. Por temor a la sexta ola, argumentan. Cierto es que la experiencia con esta pandemia obliga a ser cauto tanto en opiniones como en decisiones, pero en una jornada histórica (el regreso a mayo como en las Fiestas Típicas) se puede decir que la capital gaditana va en contraflecha. El tiempo dirá si tomó la dirección acertada.
Al fin el Consistorio tomó una decisión, que ya era hora. Y se ha basado en la ¿extrema? prevención. Obviamente su plan improvisado tiene muchas fisuras. A primera vista, nadie miró en el calendario que coincidían el Domingo de Piñata con la procesión del Corpus Christi. Han querido respetar la Semana Santa pero se advierte que es un terreno en el que resbalan continuamente.
El cambio de fecha quiere asegurar la celebración del Concurso, vital en términos económicos, y mantenerlo ligado a la fiesta callejera. Más que sobre la ciencia, se basa en una previsión basada en la experiencia de este último enero, cuando casi nadie estaba vacunado y se generó la mortífera tercera ola. ¿Es válida la comparación? Es débil, cuanto menos, discutible.
Genera nuevos problemas. Porque precisamente ese invierno en el que temen esa sexta oleada es cuando los grupos empezarán a ensayar sus repertorios, todos juntos y en espacios cerrados. ¿Dónde? Pues no queda nada claro pues el Consistorio no garantiza el uso de los centros escolares pues no tiene competencias para ello. Es difícil imaginar al director de un colegio permitiendo la entrada de carnavaleros a sus aulas en un pico pandémico.
Quedan por resolver miles de matices. El Concurso de los niños en plena época de exámenes, la obligatoriedad de un test de antígenos antes de actuar, los parones entre fases, el nuevo papel del presidente del jurado, la coincidencia con otras ferias y festividades... la fecha cambia pero no la tradición. Lo de dejarlo todo a la improvisación.
Ver comentarios