Las consecuencias de improvisar

El equipo de Gobierno local ha hecho de la falta de planificación su seña de identidad, incluso en lo referente a la seguridad

No pasa ni una semana sin que el equipo que gobierna desde hace cinco años la ciudad de Cádiz , bajo el nombre y las alianzas con los que decidan presentarse, dé muestra de cuál es la norma fundamental a la hora de gestionar: ... la improvisación . En los primeros meses de mandato, los portavoces de la coalición de izquierdas argumentaban el peso de la herencia recibida, que les impedía gobernar con el buen tino que afirmaban tener. Precisamente, esa herencia fue la que disimuló en un primer momento la escasa capacidad de adelantarse a los problemas que surgen de la gobernanza de una ciudad. En el quinto año de la era Kichi , se hace evidente que todas las decisiones se toman demasiado tarde y que su equipo tiene una incapacidad apabullante para prever las situaciones más evidentes.

El penúltimo ejemplo lo tuvimos el pasado lunes con el izado de la bandera LGBTI en el balcón del Ayuntamiento de Cádiz, a sabiendas de que se incumplía una resolución del Supremo que prohibía la colocación de enseñas no oficiales en edificios públicos. Esa falta de sensatez ha llevado al Ayuntamiento a ser denunciado y a que Cádiz vuelva a aparecer en los medios de comunicación como una institución que va por libre, sin respeto a las normas fundamentales de convivencia. Flaco favor se le ha hecho a la comunidad LGBTI.

Y el último caso lo vivimos en la noche de San Juan. Las bochornosas imágenes de jóvenes corriendo de noche por la playa ante la presencia de la Policía son la consecuencia de no hacer una mínima campaña informativa previa, indicando en los acceso a la playa que estaba prohibido hacer concentraciones. A los agentes de Policía Local y Nacional se les colocó en la desagradable tesitura de tener que remediar lo que no se había previsto sólo horas antes. Ni siquiera recién salidos del Estado de Alarma, el equipo de Gobierno supo velar por la seguridad de los gaditanos.

La pregunta que cabe hacerse en esta tesitura es cuál será el próximo tropiezo de este Ayuntamiento. La misma falta de aptitud –no queremos pensar de actitud– para las cosas que realmente importan en la ciudad, lejos de debates partidistas y trasnochados, ha traído consecuencias como el desalojo de la playa o, sin ir más lejos, la pérdida en primera instancia de los fondos Edusi. Mientras la ciudad sigue languideciendo, ellos seguirán pensando que, lo fundamental, es cambiarle el nombre al Estadio.

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