El conflicto de airbus no termina aquí
El aplazamiento, o suspensión temporal, del cierre de la planta no reduce la gravedad de la crisis en el consorcio, en el sector, en la economía

Todos dábamos por seguro el cierre. Tanto, que el anuncio de su aplazamiento, de una suspensión que no sabemos definitiva, puede confundir. La decisión hecha pública ayer por la dirección europea de Airbus de no cerrar por ahora la planta de Puerto Real puede provocar ... un suspiro de alivio, puede que lo merezca, pero nunca debe eliminar la preocupación. De hecho, los mismos responsables que anunciaron el ‘no cierre’ confirmaron que la situación de esta instalación industrial clave en la comarca es «crítica». No nos engañemos ni por un momento . De nada sirve caer en el fatalismo pero tampoco parece sensato huir del realismo: uno de los pilares industriales de la Bahía de Cádiz se tambalea y es el reflejo de otras muchas empresas, de distinto tamaño, en otros muchos sectores. La pandemia ha provocado una herida económica enorme, con el transporte aéreo internacional paralizado, entre otras consecuencias. La crisis interna que sacude al gigante aeronáutico Airbus es muy profunda y no va a solventarse en unos días, ni en semanas o meses. Tiene, además, una derivada compleja: amenaza con arrasar con su industria auxiliar. La dependencia de las subcontratas gaditanas sobre esta empresa tractora es tan grande que sitúa en posición de jaque mate a todo un sector industrial en la Bahía de Cádiz.
Los obstáculos no son nuevos ni achacables tan sólo a la pandemia. Las dificultades ya venían de antes. El atasco del programa del avión militar A400M ya provocaron un agujero en la cuenta de resultados de la compañía en 2019. De hecho, fue necesario un plan de reestructuración que se implantó hace ahora dos años justos y que recogía la salida de 2.362 personas en cuatro años en las plantas de toda Europa, de las que 630 corresponden a los centros españoles. La irrupción del coronavirus, que paralizó de forma inédita todo tipo de encargos y trabajos puesto que dejó al 90% de los aviones del mundo en tierra, ha trastocado aún más los planes de la compañía y ha complicado la situación, ya difícil, hasta límites inesperados. Todas las inversiones para renovar las flotas aeronáuticas, en todo el mundo, llevan un año paralizadas. Así que la consecuencia en las fábricas es obvia. Sirva este recordatorio para entender que ayer no se eliminó ninguna amenaza ni se acabó ninguna crisis.