Confirmación del odio sectario
El último intento de revertir la injusta retirada de honores a Pemán quedó frustrado en el Pleno municipal
Ni siquiera la emocionante carta del hijo de José María Pemán hizo cambiar ayer la postura del equipo de Gobierno (formado por la desmembrada izquierda de la amalgama Podemos y la arcaica Izquierda Unida) para tratar de eliminar con un injusto afán revanchista la memoria ... física su padre en la ciudad. El busto, el nombre del teatro del Parque Genovés y, sobre todo, la placa conmemorativa de su casa natal han sido las pruebas de este rencor histórico sin justificación. Incluso el Comisionado para la Concordia se ha opuesto a una «interpretación torticera» de la Ley de Memoria Histórica.
Lo más triste del último episodio de esta triste historia de mezquindad histórica es que ha contado con el apoyo del PSOE, desorientado y cambiante como siempre en la capital gaditana. En el Pleno de ayer se recordó que el último alcalde socialista de Cádiz, Carlos Díaz, o un expresidente de Diputación que pasó por el PSOE y el Partido Comunista, Gervasio Hernández-Palomeque, acudieron al sepelio de Pemán y reconocieron su gran talla como escritor pero también como incansable trabajador en favor de la reconciliación política entre las dos españas.
Todos esos argumentos han sido insuficientes para hacer cambiar de opinión a un equipo de Gobierno con una fijación preconcebida, ajeno a la autocrítica o la flexibilidad, a la concordia en suma. La absoluta arbitrariedad con la que ha actuado el Ayuntamiento liderado por Kichi, una vez más, termina sacando los colores a todos los gaditanos. El último y definitivo freno a la propuesta que llevó ayer a la sesión el PP era la postrera oportunidad para una rectificación que habría sido más sabia que ninguna otra en esta ciudad durante los últimos años. Pero fue en vano. La única respuesta que encontró fue una enmienda de sustitución que servía para ratificar la retirada de placa, busto y nombre del teatro. Pemán «ayudó a muchos del otro bando e influyó para que muchos exiliados pudieran volver a España. Los que han decidido retirar la placa han tirado un dardo envenenado al espíritu de la concordia que se contempla en la Constitución de 1978». Son las palabras en vano de su hijo, leídas en el foro que representa a todos los gaditanos y en el que ayer se impuso el odio de unos pocos.
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