El Concurso del Falla trae ausencias y reflexiones

Una gran cantidad de nombres muy populares no estará en el certamen de primavera: las circunstancias marcan una parte del fenómeno pero no todo

La Voz de Cádiz

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Como dijera Ortega y Gasset, las circunstancias forman parte de todos nosotros. El Carnaval de Cádiz no es una excepción. La mayor fiesta de la capital gaditana y sus organizadores, antiguos integrantes y ardorosos aficionados en muchos casos, no pueden librarse de esa norma filosófica. ... Empiezan a ser demasiados los factores a sumar. Son muchos para pensar en casualidad o anécdota. Los motivos pueden parecer menores si exceptuamos el gigantesco problema colectivo de la pandemia, la mayor crisis sanitaria que han vivido todas las generaciones. En todos los casos, ojalá que pasajeros. Sin embargo, si se aparta ese condicionante supremo –que inyecta legítimo miedo al contagio a tantos por más que la amenaza remita– aparecen otras dudas, razonables, para valorar la cantidad y calidad de las ausencias del próximo Concurso del Carnaval, de ese tan extraño y forzado que se ha fijado para primavera. Quizás el Concurso de Carnaval del Falla, el gran acontecimiento local ligado a la mayor fiesta de la ciudad, estaba ya al borde de un cambio de ciclo y la pandemia no hace más que agudizarlo (como sucede en otros muchos sectores). De hecho, hay muchos grupos de relumbrón que dicen que este año prefieren cantar de otra forma, en otros escenarios y en otros momentos pero no es la primera vez que esta situación se da. No han pasado diez años desde que dos grupos de los más seguidos, más un autor de los más legendarios, decidieron dejar de participar o actuar por otros caminos. Bien por discrepancias con la organización, bien por cansancio personal, David Carapapa, Aragón y Martínez Ares dieron ese paso mucho antes de la pandemia. Ahora, otros muchos les siguen en unas circunstancias radicalmente distintas pero que deben hacernos pensar en el cambio de ciclo y circunstancias. Cada vez son más los que deciden organizar espectáculos por libre, con serias opciones de vender miles de entradas y completar aforos, sin necesidad del Falla. Además, por motivos de trabajo, por preferencia personal o familiar, por un cambio sociológico en las agrupaciones, cada vez son más los «años sabáticos». Habrá que esperar para saber qué parte de las ausencias se debe a las circunstancias (pandemia) y qué parte a este cambio de tendencias.

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