La concertada también existe

La fijación del Ayuntamiento de Cádiz por marginar a este sector de la educación pública no respeta ni las medidas de prevención contra la pandemia

A veces basta tirar de la hemeroteca, esa herramienta tan eclipsada por internet, para entender el presente. En esos periódicos digitales o impresos de hace unos años se puede comprobar con una simple búsqueda que el tormentoso pasado reivindicativo del actual alcalde de Cádiz ... tenía su objetivo central en la educación. Aquellas protestas disfrazado o megáfono en mano –con algún mensaje que anularía la carrera de cualquier político si fuera de una formación conservadora– tenían como centro el sistema educativo. Era su profesión y su preferente campo de actuación. No es de extrañar que ahora sea una obsesión (entre varias).

El Ayuntamiento de Cádiz se ha empecinado, desde que González Santos lo encabeza, en resucitar el supuesto debate entre enseñanza pública y concertada. Hasta para tratar del miedo de los padres y los docentes al contagio por coronavirus , hasta para analizar las medidas preventivas y debatir la posible suspensión de las clases presenciales. La pandemia no sabe de clases sociales ni modelos administrativos, de fronteras, apellidos ni partidos políticos. Aún así, cuando el Ayuntamiento de Cádiz reúne a los centros educativos gaditanos y trata la situación sanitaria, y académica, ni siquiera cita a los centros concertados, cuando en Cádiz el porcentaje de alumnos que agrupan es mayoritario respecto al total de los matriculados. Ni aún así. A todos esos niños, a sus familias, se les ignora, se les aparta por un precepto puramente ideológico. Esa diferencia, en la realidad, no existe. Ambos modelos conviven con absoluta normalidad hace décadas y este intento de confrontación es absurdo según la experiencia diaria. De hecho, la concertada es parte de la educación pública por más que algunos grupos, como sucede con el Ayuntamiento de Cádiz, la señalen y la utilicen para intentar ajustar sus rencillas con PP, Ciudadanos o PSOE. Son centros a los que la administración les entrega fondos para que sumen sus servicios y así complementen las carencias de la red de centros puramente públicos. Hace décadas que aparecieron, cuando los centros estatales eran incapaces de cubrir a toda la población en edad de escolarización obligatoria. Y sus alumnos tienen las mismas necesidades que los demás, los mismos miedos, las mismas esperanzas. A ver si en el equipo de Gobierno de Cádiz se enteran de una vez sin necesidad de megáfono.

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