El Apunte
Compras y salud, una ecuación complicada
Cientos de ciudadanos se lanzaban ayer a los centros comerciales en un nuevo escenario donde la responsabilidad individual es fundamental
Las imágenes de decenas de personas esperando para entrar a primera hora de la mañana en los diferentes centros comerciales de la provincia saltaban pronto a las redes sociales. Las ganas de muchos por ir a por sus regalos de Navidad a tiendas de otras ... localidades les llevaban a coger temprano el coche y dirigirse hacia esos lugares a los que no han podido ir durante las últimas semanas debido a los perímetros ordenados por la alerta sanitaria. La aglomeración en las entradas y salidas o también en algunas calles alertaban a los que consideran que lo primero ante todo es la salud y, en ese caso, no la individual sino la de toda una comunidad cuando lo que se habla es de una pandemia.
Sin embargo, los comerciantes respiraban con alivio al poder por fin recibir a sus clientes y cuadrar con buenos números sus cajas del día, después de tanto tiempo sin poder hacerlo. Un escenario por tanto en el que, de nuevo, se produce la misma ecuación: economía y salud. Complicada y que para que llegue a buen fin y no perjudique a ni a unos ni a otros necesita de un componente básico: la responsabilidad, la conciencia social. Ya lo decía el presidente de la Junta de Andalucía, Juanma Moreno, cuando este pasado jueves anunció las nuevas medidas en esta desescalada de la segunda ola del Covid. Moreno enumeraba cada una de las decisiones adoptadas en cuanto a horarios, límites, normas, pero dejaba como conclusión un claro mensaje. No puede haber un policía por cada persona, que vigile cada uno de sus movimientos, reuniones o sus actos. Por tanto, apelaba a la responsabilidad y al compromiso de pensar en el prójimo para poder superar esta dura batalla que comenzó en marzo y que lo ha cambiado todo.
Y, ese camino, la economía no puede pararse. Su freno también supone un quebranto en una cadena que tiene que seguir en marcha. Por eso los comercios han extremado las precauciones porque ellos mismos son los primeros interesados en que todo vuelva a la normalidad. De ello depende su pan. De ahí que sea tan importante que esa prevención que existe dentro de las tiendas no se pierda en tumultos, por la calle, guardando las colas. Si no se hace bien, la lucha dará de nuevo otro paso atrás y ya habrá muchos que no lo soporten.