Cómo recuperar ritos esenciales

La hostelería era y debe volver a ser desde el lunes mucho más que un sector económico esencial

Desde siempre, nuestros mayores nos han enseñado que hay que saber perder. Pero no siempre los que hablan desde la experiencia dan en la diana del consuelo que necesitamos. Vamos a ganar en cuanto que no olvidemos lo vulnerables que somos , pero vamos ... a perder, y algunos más que otros, en esta oscura etapa. De toda la lista de cosas perdidas, para muchos ha ocupado un lugar preferente el café de la mañana, el desayuno con amigos y compañeros, la pausa en el bar o el encuentro en el restaurante para celebrar, o simplemente para tomar en solitario una bebida (no siempre alcohólica, atención con el incremento de consumo en esta fase) y una tapa que ayudaran a llevar una jornada agotadora ante un simple refresco.

A muchos, estos momentos diarios que se daban por descontados les producen una notable nostalgia que, solo en parte, podría empezar a curarse la próxima semana. Porque una cafetería, un bar, una terraza en un momento oportuno es un lugar donde se desintegra la soledad, se habla, se escucha y además se toma algo. Es un alto en el camino, un destino, una hemeroteca, y además puedes tomarte un café. Es la prolongación de la casa, el sitio donde se echa la tarde jugando, mirando o charlando, se cuentan chistes. El bar es una tregua, el foro del pueblo y si apuramos el diván del psicoanálisis más barato que existe. No parece una banalidad recordar lo que supone su presencia. El comité de sabios les asigna en la fase 1 el 30% o el 50% de aforo y el resto tienen que imaginarlo. A los ayuntamientos, con esos concejales que no se han tocado el sueldo (60.000 o 70.000 euros en algunos municipios grandes) o los políticos que tampoco contemplan dejar de cobrar ni siquiera sus dietas, no se les ha ocurrido que este verano las terrazas debieran ser gratuitas, y que de vez en cuando se debiera hablar de responsabilidad. La existencia de la hostelería es esencial para todos los ciudadanos. Especialmente en zonas como Andalucía que han tenido en el turismo y la hostelería, que también ofrece un tipo de turismo de minutos u horas sin necesidad de cambiar de ciudad, una esencial forma de vida. Económica y de la otra. Social y cultural.

Pocos servidores públicos se ha movido para romper filas y convertir en una sólida lista de medidas paliativas las mejores intenciones que pregonan. Entre los que no paran de dar vueltas a sus cabezas para regenerar la vida perdida falta desvelo por unos ritos básicos.

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