Comienza otra vendimia incierta
La provincia se juega miles de millones en exportación y mano de obra con el reto de dejar atrás el negativo año 2020
Por más que la situación sanitaria y el temor a un daño climático irreversible nos hagan vivir en una noche permanente, la naturaleza a la que tanto hemos agredido, de la que tanto dependemos, mantiene sus ciclos vitales, esos que resultan imprescindibles para la vida ... por más que también sean los que le ponen fin. Agosto está a punto de mediar y, por tanto, comienza la vendimia en esta parte del mundo, en la provincia de Cádiz, en otras zonas vitivinícolas del país y en otras regiones europeas de similar clima y cultura, en Italia, Portugal, Francia... Aunque asociemos ese ritual, y gran motor económico, con septiembre, en realidad comienza unas semanas antes. Así, ya se han comenzado a recoger, o faltan pocas horas, uvas como la Tintilla de Rota, la esencial Palomino, la Moscatel, la temprana Sauvignon Blanc, la Syrah... Los expertos prevén una producción muy similar a la de la campaña pasada y está previsto que el proceso de recolección termine bien avanzado septiembre. Entonces daremos por terminada la vendimia. Los expertos en esta alquimia, en la que la provincia se juega cientos de millones en exportaciones y en los sueldos de la mano de obra participante, auguran un buen año porque se han dado más tardes de Poniente, que templan la temperatura, y menos de Levante. Según afirman los técnicos, eso facilita una buena maduración de la uva.
La vendimia llega a una de las provincias más vinateras de España (habría que acudir a La Rioja, Cataluña o Valladolid para encontrar algo similar) marcada, por segundo año consecutivo, por la incertidumbre del Covid-19. El año pasado fue muy malo para el sector del vino, con el canal hostelero cerrado buena parte del curso y con las grandes celebraciones, ferias y fiestas populares o familiares, suspendidas. Las bodegas tienen sus depósitos llenos . Eso, unido a que se prevé una mejor producción, hace temer por los precios, que podrían derrumbarse. Las grandes bodegas podrían sucumbir a la tentación de ofrecer promociones agresivas para quitarse esas reservas. En el plato positivo de la balanza, el acuerdo de paz entre las denominaciones de origen Jerez-Xérès-Sherry y Manzanilla-Sanlúcar de Barrameda. La unidad de acción sectorial puede favorecer que los vinos de la provincia aprovechen mejor su prestigio mundial, su calidad imbatible y su tremendo potencial para la exportación.