El comercio necesita un plan

Urge desde las administraciones ayudar al pequeño comercio, víctima de la crisis y su incertidumbre

Todos los sectores han sufrido el duro golpe de la pandemia del coronavirus. No pasa un día sin que en las páginas de este periódico, y en las de la competencia, se vea a empresarios y trabajadores lamentando su situación y esperando a que vengan ... tiempos mejores. Sin embargo, los hay que por sus particulares circunstancias, por su tamaño y por su posición dentro del engranaje urbano y social merecen una atención especial.

Tal es el caso del pequeño comercio del centro de la ciudad. Quien acude cada mañana a abrir la baraja de su comercio no está amparado por grandes capitales ni por grupos empresariales que pueden permitirse un descenso en sus beneficios. Su esfuerzo es su aval y su garantía de permanencia es el respaldo de la compra de sus vecinos. Con el coronavirus, todos hemos visto las imágenes de las calles y comercios vacíos, esa garantía de futuro se ha ido reduciendo hasta dejar a muchos de los comerciantes gaditanos al borde de la quiebra.

La educación, la aeronáutica y la naval también, pero el comercio del centro de las ciudades (Cádiz, Jerez, El Puerto, San fernando...) necesita un plan de las administraciones. Si el proceso de gentrificación turística de los centros urbanos había ido desalojando a los vecinos, ahora se corre el riesgo de que la tendencia a refugiare en las compras digitales ante el temor a contagios deje como un páramo comercial nuestras ciudades. Ni las familias que dependen de estos sueldos ni la vida que se le presupone a los municipios gaditanos pueden permitirse esa situación.

Desde la asociación que integra a los comerciantes del centro, se muestran pesimistas a corto plazo. Llegan menos turistas (el daño que ha causado el desplome de las visitas de cruceristas habrá silenciado a quienes los señalaban como los culpables de todos los males de Cádiz), los gaditanos pasean menos y los que lo hacen, se gastan menos. Es normal teniendo en cuenta que la incertidumbre económica ha desbaratado las previsiones de consumo en los hogares. Pero también debería ser algo lógico que las administraciones, desde la local (sobre todo, si bien pedirles implicación con el comercio se antoja utópico) hasta la estatal tuvieran una hoja de ruta para preservar una parte de nuestro patrimonio como es el comercio. Nos va la provincia en ello.

Artículo solo para registrados

Lee gratis el contenido completo

Regístrate

Ver comentarios