Con lo de comer no se juega
Las irresponsables declaraciones del ministro Garzón han sentado como un jarro de agua fría al sector cárnico de la provincia
Ser ministro no es cualquier cosa. Supone estar al frente de un departamento oficial con un gigantesco altavoz. Cualquier declaración o consideración debe hacerse con sumo cuidado porque, a resultas precisamente de la oficialidad y seriedad que se le supone a esta elevada institución del ... estado, aparecerá en todos los medios de comunicación. Es por esto que no pueden consentirse declaraciones hechas a la ligera como las que realizó el pasado jueves el ministro de Consumo, el comunista Alberto Garzón, en las que demonizó, con una simpleza absoluta, al sector cárnico, olvidándose de los matices por los que, precisamente, se distingue la cabaña ganadera española en general y la gaditana en particular. Hablar sale gratis, pero las palabras pueden tener costosísimas repercusiones.
El sector ganadero gaditano no va a consentir que jueguen con su pan. Este colectivo empresarial, al que atacó ayer nuestro malagueño ministro, realizó exportaciones, durante el pasado 2020, por valor de 48 millones de euros. El sector cuenta en la provincia con 1.200 explotaciones y 121.314 cabezas de ganado. Tomarse a la ligera el trabajo de un sector que emplea a miles de trabajadores y que es uno de los garantes de la vida en el entorno rural muestra lo alejado que está nuestro ministro de Consumo de la realidad. La paradoja es que este ministro comunista no parece muy preocupado por los puestos de trabajo que dependen de la comercialización de la carne. Tampoco su visión ecológica le deja ver los esfuerzos que se han realizado en la provincia de Cádiz por la preservación de razas autóctonas, como la ya célebre entre los gurmés de todo el mundo payoya o la retinta.
El propio presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tuvo que desdecir el errático mensaje del ministro Garzón. Pero no sirve que se haga con un chascarrillo en una rueda de prensa. Colectivos como Asaja reclaman el cese del titular de la cartera de Consumo por pretender vaciar la de los trabajadores. No podemos seguir al albur de la próxima ocurrencia de quien tiene un altavoz gigantesco como es un ministerio del Gobierno de España. Pese a que en éste, con la coalición entre Podemos y PSOE, se hayan dado las carteras como salchichas.
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