El Casino Gaditano como símbolo
El abandono al que lo somete el Ayuntamiento es fruto de los prejuicios políticos y la leyenda negra
El casco antiguo de la capital gaditana está lleno de edificios que hablan de su pasado comercial y noble, casas palacio, torres miradores y fincas llenas de historias de familias que dieron riqueza, forma y cosmopolitismo a una ciudad viajera y receptora, punto de encuentro ... entre mares y continentes. La Torre Tavira, la Casa de las Cuatro Torres, el antiguo hospital de Mora, el Balneario de la Palma, la Cárcel Real, el Palacio de Congresos, entre otros muchos, forman esa denominada arquitectura civil que dejaron nuestros antepasados y por la que tenemos que estar agradecidos. Dentro de ese privilegiado patrimonio está, y en un lugar destacado, el Casino Gaditano. Sin embargo, este lugar, un prodigio de la escasa construcción neomudéjar como el Teatro Falla, arrastra una leyenda negra que le hace estar asociado al franquismo de forma injusta y demagoga. Claro está, si hay alguna entidad dispuesta a hacer bandera de cualquier leyenda urbana que hable de fachas y ricos opresores, de explotadores y señoritos, es el Ayuntamiento de Cádiz –como ayer volvió a quedar claro con el ridículo episodio del descapotable–. El Casino Gaditano representa todo lo que el podemismo más prejuicioso desprecia. Aunque ese edificio de la Plaza de San Antonio haya sido siempre un lugar de encuentro de la sociedad gaditana en torno al arte, la cultura, la política, el comercio. Todos recordamos eventos, presentaciones, fiestas particulares o de colectivos, en un enclave esencial para la vida reciente de la ciudad. Sin embargo, siempre estuvo estigmatizado por cierto sector de la izquierda más rancia y radical, que lo veía como una representación de lo que siempre había odiado: franquismo, guerracivilismo, fascismo... Aunque el Casino se fundara en 1844, 48 años antes de que naciera Franco.
Esos fantasmas son las únicas justificaciones creíbles para entender por qué lleva un año abandonado como centro de negocios para emprendedores tras el acuerdo que se alcanzó entre Ayuntamiento y Zona Franca. Una vez que el Consorcio se desligó, la pelota quedó en el tejado municipal. La oposición denunció ayer que se ha cumplido todo un año sin el menor gesto, sin el más mínimo movimiento para seguir apostando por este proyecto y por la creación de empleo. Que nadie se sorprenda de la inactividad y la pasividad. El Ayuntamiento nunca lo quiso.
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