OPINIÓN

Carnavaleros aburridos

Para ellos toda la música clásica es aburrida, la ópera un tostón, el flamenco un gitanerío, los Beatles una antigüedad, el cine clásico un muermo, los libros una pesadez, el teatro un somnífero, el deporte solo es el fútbol, la danza una mariconada y los cuadros de Picasso unos garabatos

Agrupación callejera. A:V.

Casi siempre que me cruzo con alguien que me reconoce por mi faceta carnavalesca me saluda añadiendo una coletilla afirmativa a modo de pregunta, ¿este año qué, estarás aburrido no? Pues no, más bien tranquilo, les contesto. El carnaval es tan solo una ... cosa más de mi vida.

Mi vida me la imagino como una gran estantería donde coloco mis enseres para coexistir. Mis hijas, mi trabajo, mi familia, mis amigos, mi casa, el ocio, mis aficiones, el descanso, el amor, el sexo y algún que otro vicio innombrable . No me puedo aburrir, tengo mucho que aprender y mucho por hacer. En una de esas estanterías tengo colocadas por supuesto la música; la clásica, el folk español e inglés, el rock sinfónico, el pop- rock, el flamenco y a muchos cantautores. En las baldas centrales y más a mano están ubicadas mis hijas y mi familia, son mi entrega. El Amor lo coloco justo al lado pues es mi otra gran prioridad existencial. En distintas baldas sitúo a mi trabajo como empleado público, mis charlas y reuniones con amigos, los video juegos, la radio, las series de ficción y aventuras, los libros de poemas, el teatro, el voleibol, la historia, el Cádiz de futbol, las olimpiadas, mis paseos interminables, mis escapadas a la sierra, mis colecciones de marionetas y miniaturas de guerreros medievales, mis lecturas a grandes articulistas, la cocina y ser fotógrafo amateur con mI móvil. Sobra decir que en un estante privilegiado tengo la afición de hacer coros de carnaval y dirigir corales de otros tipos, también lo de cantar en mi coral universitaria y a mi fiel compañera, mi guitarra, como para aburrirme.

Los carnavaleros aburridos existen, en la estantería de su vida solo poseen una repisa, el carnaval. Son aquellos que estén donde estén las únicas palabras que articulan son relacionadas con nuestra fiesta, esos que únicamente los vemos disfrutando cuando están en los ensayos con sus colegas o rodeados de gente en un ambiente de la comparsilandia. Son los que se mofan de alguien que escucha a Mozart pero en cambio mueren por la pérdida de su Capitán. El carnavalero aburrido es el típico que asiste por equivocación al teatro Real de Madrid y dice que el Falla suena mejor. O el mismo que llama junta letras o mariconadas a los poemas de Pablo Neruda pero en cambio le parece una obra maestra la letra de un pasodoble de Martínez Ares. Sobrevaloran el carnaval desvalorando a todo lo demás. Jamás le prestan atención a un programa de radio o revista que hablan de historia o de ciencia, no conocen ni a su propia ciudad, nunca han leído un artículo de Rosa Montero o de Julio Malo de Molina, ni escuchado una cantata de Bach y lo peor no es que nunca hayan hecho nada de lo mencionado, sino que ridiculizan y bromean sobre el que sí lo hace o práctica . Para ellos toda la música clásica es aburrida, la ópera un tostón, el flamenco un gitanerío, los Beatles una antigüedad, el cine clásico un muermo, los libros una pesadez, el teatro un somnífero, el deporte solo es el fútbol, la danza una mariconada y los cuadros de Picasso unos garabatos.

Hay muchos enfermos de la fiesta que su vida y su forma de ser la marca el carnaval y si este próximo año no se celebra no sabrán qué hacer ni dónde meterse, se aburrirán. No es mi caso.

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