Un carnaval excepcional que no excelente
Un Concurso que gira hacia la intolerancia ha sido el prólogo de una doble convocatoria sin precedentes, ojalá que la última por lo que significaría: nos vemos en febrero
Sin duda, el Carnaval de Cádiz de 2022 es historia. No en el sentido de que ya es pasado. Sí como declaración de que resultará memorable, para bien o para mal. Para ambas calificaciones, probablemente. Nunca hubo una doble convocatoria de la fiesta , ... en ninguna etapa. Cuando era franquista y típico, cuando se celebraba en mayo-junio, como éste, nunca tuvo un precedente el mismo febrero ni había, por recalcar una diferencia esencial, agrupaciones ilegales. Habrá tiempo de valorar esta edición de un Concurso aplazado, con cierta lógica, y de su fiesta en la calle, retrasada sin ningún sentido más que por el seguidismo del Ayuntamiento a la parte de la fiesta que vive pendiente del Falla. En cualquier caso, ojalá quede en una anécdota histórica. Será señal y síntoma de que no hubo que recurrir a más cambios de fechas por una desgracia universal, por una pandemia como nunca conocimos y que ha pasado, asombrosamente, de puntillas por las letras del certamen carnavalesco.
A falta de un análisis más sosegado, parece que la politización y el sectarismo, la revancha injustificada, han llegado también al mundo carnavalesco . Las letras reivindicando un feminismo radical y vengativo (nunca equiparable, claro, al machismo criminal) o justificando el terrorismo se han convertido en aceptables. Una pena. Señal de retroceso en una fiesta que lo fue de la tolerancia y el respeto a toda diferencia, a cualquier opinión. Curioso. Es una tradición que ha sufrido, como pocas, la intolerancia que ahora parece ondear. Por lo demás, sólo cabe esperar que al menos esta doble cita carnavalesca tenga un cierto impacto positivo en hostelería y sector turístico, en alojamientos, transportes y servicios. Con el verano a la vuelta de la esquina y Andalucía plagada de ferias y romerías cuesta pensarlo pero ojalá. Sin carpa por negligencia municipal, otra, sólo cabe desear también que los incidentes resalten por su ausencia. Nos vemos en febrero.