Cádiz debe subirse al tren
El diálogo entre administraciones es fundamental, pero Andalucía no puede perder la oportunidad de liderar el mercado de energías renovables
Andalucía tiene potencial de sobra para convertirse en pocos años en un referente de las energías renovables. La transición energética, uno de los retos a los que se enfrentan España y Europa en los próximos años, puede encontrar en el sur uno de sus principales ... aliados. En estos momentos hay más de 1.000 proyectos de energías verdes que suman 25.000 megavatios (MW), pero se requiere agilizar la tramitación y mejorar las redes para que se puedan materializar cuanto antes. La Junta trabaja para sacar tajada de las grandes inversiones que el sector de las renovables prevé poner en marcha en los próximos años, algunas de ellas apoyadas por los Fondos Next Generation. De hecho, los promotores ya se han fijado en Cádiz para desarrollar sus proyectos cuanto antes y parece evidente que existe un interés político y privado en poner en marcha esa transformación en las próximas décadas. Los objetivos, eso sí, son muy ambiciosos y las administraciones deben velar por un equilibrio que permita a la provincia verse beneficiada por los cambios. La avalancha de solicitudes para desarrollar proyectos fotovoltaicos ha suscitado los primeros síntomas de rechazo al cambio por parte de la ciudadanía. La Diputación de Cádiz reclamó el pasado viernes una moratoria para todos los proyectos del Campo de Gibraltar, donde ayuntamientos, ecologistas y plataformas ciudadanas plantean que un crecimiento tan rápido puede conllevar más perjuicios que beneficios. Las ofertas son cada vez más tentadoras para los agricultores locales, debilitados tras años de precios bajos, pero el compromiso dejaría sin cultivos a esos terrenos durante los próximos 25 años. El impacto de las iniciativas está siendo muy beneficioso para el empleo en el corto plazo, absorviendo a muchos gaditanos del sector de la construcción, pero es cierto que el mantenimiento de las plantas apenas generará puestos de trabajo durante las próximas décadas, una vez instalados los paneles. La propuesta de las voces críticas es establecer un plan para situar a las energías renovables como una de las principales fortalezas de Andalucía, pero «respetando los valores ambientales, turísticos, culturales, agrícolas y paisajísticos del territorio». Es decir, seleccionar qué tierras están disponibles para este boom sin desgastar a otros sectores punteros. El diálogo es necesario, pero Andalucía no puede dejar pasar otro tren más.