El Apunte

La broma que no tiene gracia

Muchos ciudadanos recurren a la picaresca para saltarse las normas con las que se combate al virus; sería hasta simpático si no fuéramos protagonistas de una auténtica tragedia

Investigadores de la Policía Nacional alertando sobre delitos informáticos a través del móvil. La Voz

Muchos ciudadanos recurren a la picaresca para saltarse las normas con las que se combate al virus; sería hasta simpático si no fuéramos protagonistas de una auténtica tragedia

El ciudadano tiene el derecho e incluso el deber de exigir a la Administración. La crítica fortalece ... el pilar de la gestión, y sin duda que esta pandemia ha mostrado las costuras de nuestro sistema, muy deficitario en la defensa del interés común. Decisiones erráticas y sobre todo desconcertantes, normas confusas que hasta provocan la risa por carecer de un sentido lógico... y luego esas acciones puntuales que terminan por enervar a cualquiera máxime en esta situación crítica para la salud, física y mental: esa ‘corrupción’ a pequeña escala donde se aprovecha la ventaja para ponerse una vacuna que no le corresponde o hacerse una PCR a costa de los impuestos de otros.

Cierto es que por incompetencia e incapacidad, por las dificultades que plantea el momento actual, nuestros políticos (en gran parte la proyección de la ciudadanía) no ha estado a la altura. No cumple con todas las cláusulas del histórico contrato social.

Pero ello no debe amparar al insolidario, al delincuente, no puede ser una excusa para vulnerar la ley que siempre exigimos a los demás que cumplan. Las Fuerzas de Seguridad denuncian las artimañas de muchos vecinos que recurren a la picaresca para saltarse el toque de queda o el cierre perimetral del municipio. Historias que incluso tendrían su gracia si no se produjeran en el actual contexto: 55.500 muertos, más de dos millones de medio de contagiados, terribles secuelas y la economía de un país y hasta de parte del planeta en quiebra. Responsabilidad. Hay que reducir todas esas normas a un único mensaje: quédate en casa y sólo sal a la calle para lo estrictamente necesario.

Luego están los delincuentes, que no descansan, pero a ellos de nada sirve exigirles sino existe una acción punitiva. Aprovechan cualquier debilidad para obtener beneficios no sólo moralmente reprobables sino perseguidos por la justicia: estafas online, ERTEs fraudulentos, ventas falsas de recetas... esa es la pandemia eterna, imposible de curar, y para que por desgracia no existe más vacuna que la fuerza de la Ley.

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