Los barcos que trajeron la alegría al astillero

Las buenas sensaciones de la marina saudí respecto a las corbetas de Navantia refrendan el talento y la proyección del sector militar en la Bahía

Dice el refrán que el ojo del amo engorda el caballo. Sin embargo, cuando de clientes se trata, esta circunstancia suele ser la contraria y es común que quien se interesa por una compra no vea más que faltas o problemas. Más si se trata ... de un comprador exclusivo, de lujo, al que no le preocupa ofrecer su opinión mal que le duela al vendedor. Es por eso que tienen tanto valor los parabienes que está recibiendo Navantia de la marina saudí por la obra de las corbetas. La primera de ellas, ‘Al-jubail’, fue entregada de manera oficial el pasado 31 de marzo y desde entonces, una dotación de marinos del país del Golfo se encuentra en las instalaciones militares para aprender los entresijos de este prodigio de la ingeniería bélico náutica. Y están encantados.

Aún faltan por entregar cuatro de estos buques, en los que la empresa de ingeniería está realizando un alarde de orfebrería industrial, acomodando el diseño y las prestaciones a las necesidades de un país como Arabia Saudí. El buen hacer español está llevando al gobierno de Riad a plantearse nuevos encargos, lo que sería una bendición para unos astilleros como los de la Bahía, ávidos de cargas de trabajo a largo plazo que den estabilidad a la plantilla y, por ende, paz social. Además, suponen un escaparate de lujo para con otras flotas del mundo, máxime en un momento de inestabilidad geopolítica global como el actual.

Noticias como la que hoy publicamos en estas páginas demuestran el nivel de especialización y sofisticación de nuestra industria, capaz de cumplir con los encargos más exigentes sin los retrasos y problemas que suelen venir aparejados a estos grandes encargos. Navantia, con el conjunto de sus trabajadores, se ha consolidado como una empresa fiable capaz de darle a la marca Cádiz un nuevo significado en el mundo de la ingeniería.

Cabe esperar que las habituales torpezas diplomáticas del gobierno de la Nación no torpedeen el trabajo bien hecho en la puesta a punto de este equipamiento. Las veleidades de la coalición sociocomunista ya estuvo a punto de echar por tierra el primer encargo de las corbetas para los astilleros de San Fernando. La Bahía no se merece que se repita un error así en el futuro.

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