La bandera del alcalde está hecha jirones

La Delegación de Asuntos Sociales está saturada y, por encima de la ayuda real, ha apostado por el asistencialismo

No hace tanto tiempo de la proclama, así que incluso quienes tengan una memoria más frágil recordarán las arengas del candidato José María González, ‘Kichi’ , en las que se aludía a la miseria que, supuestamente, azotaba al Cádiz de Teófila, en donde los ... niños «se quedaban sin desayunar». Él y su proyecto –entonces bajo la marca de ‘Por Cádiz sí se puede’- eran la solución a esa grotesca escena dibujada en campaña. Cinco años después, con González como alcalde, la situación en ese área está a años luz de haberse arreglado. Incluso, coinciden los distintos colectivos, se ha agravado.

Y no sólo lo dice la oposición, a la que se le supone una crítica constante a la labor que se realice desde el Gobierno, sino colectivos como el sindical (del que procede el propio alcalde) o de la defensa de los derechos humanos (que coinciden en buena parte de los postulados del equipo de Gobierno pero que nunca han perdido su capacidad crítica). Precisamente la APDH-A comparte la misma crítica que le realizan las portavoces del PP y PSOE: Asuntos Sociales se ha convertido en una delegación «asistencialista». Un eufemismo para designar lo que, tradicionalmente, se ha denominado ‘caridad’. Lejos de dar soluciones integrales a los demandantes de ayudas, se van poniendo parches.

No puede culparse de la situación a los trabajadores, desbordados y faltos de material. Durante el confinamiento, han llegado a usar sus móviles personales para atender a los usuarios, con la consiguiente pérdida de privacidad de sus teléfonos. Tampoco puede atribuirse al caos al coronavirus, puesto que ya en el mes de febrero el personal realizó una concentración para alertar de la situación que debía soportar.

El último Pleno aprobó una subida presupuestaria para este área. Sólo cabe esperar que se apliquen las medidas necesarias para revitalizar una Concejalía que ha sufrido, como otras tantas, la desidia y la falta de soluciones del equipo de Gobierno. Las concentraciones de distintos colectivos sociales en las puertas del Ayuntamiento exigiendo soluciones son el recordatorio de que los anunciados cambios en las áreas de bienestar se han quedado en palabras. La bandera que enarbolaba González hace cinco años no ha encontrado, todavía, sitio en el Ayuntamiento. Quizá porque con ésta no tendría nuevas polémicas.

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