Ayuntamiento para unos pocos
La entrada de externos en la dirección o la gerencia de entes municipales es un doble insulto: para la plantilla y para los ciudadanos
Sentar precedentes, de forma más o menos legal, tiene un inconveniente principal: que se queden sentados y no haya forma de levantarlos. De esa forma se crea un vicio en la gestión pública que puede crear el pernicioso hábito de la repetición y violar la ... sagrada igualdad de oportunidades, que es un precepto innegociable en esa democracia con la que tantos se llenan la boca. El equipo de Gobierno municipal de Cádiz, que representa en primer término José María González Santos ‘ Kichi ’, ha propiciado que distintos puestos de gerente o director de área en varios organismos municipales sean ocupados por elementos externos al Ayuntamiento de Cádiz. Eso abre dos puertas peligrosas: la entrada de personal que no reúne los requisitos necesarios contra el derecho a promoción de los trabajadores municipales y un exceso de gasto para la contabilidad municipal. En este último caso, la oposición calcula que podría rondar el medio millón de euros.
Los ejemplos son varios. Por un lado, la gerencia de la Fundación Municipal de la Mujer o del Instituto de Fomento, Empleo y Formación (IFEF), por otro, estarían la dirección de Cultura, la del Museo de las Cortes, la del Archivo Municipal o la de Mantenimiento Urbano. Por simplificar el daño, se incrementa el coste de nóminas municipales mensuales mientras se cierra la puerta a la promoción de trabajadores públicos del Ayuntamiento. Doble perjuicio, para los ciudadanos contribuyentes y para los que llevan años desarrollando su función en la estructura municipal. El Partido Popular denunciaba ayer que el equipo de Gobierno haya «despreciado la posibilidad de que las gerencias de diferentes organismos municipales fueran cubiertas con los funcionarios de la casa» y recordaba que la herida viene de lejos: «Kichi hizo una caza de brujas en las gerencias municipales cuando llegó y ahora desprecia la capacidad de los funcionarios». Los que pregonaban transparencia y un Ayuntamiento abierto a todos se ocultan en tácticas sectarias. En eso ha quedado el cristal, en un velo tupido para ocultar posibles prebendas para amigos. Está claro que el Ayuntamiento abierto a todos ha quedado en ocultación, en promoción de conocidos de los dirigentes municipales, asesores o altos funcionarios. Es decir, ha quedado en lo contrario a la transparencia y la libre concurrencia.
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