Una ayuda politizada e ineficaz
Las medidas del Ayuntamiento de Cádiz para atender a los ‘sin techo’ no sólo son erráticas, sino que privilegian a las asociaciones más afines
Cuando Teófila Martínez era alcaldesa, uno de los reproches que se le hacía desde la izquierda era que, al no residir en Cádiz, no era consciente de lo que pasaba en la capital. Las cosas han cambiado y tenemos un alcalde que se precia, está ... en su derecho, de residir en el corazón de la capital, en pleno barrio de La Viña. Y, sin embargo, parece que no es consciente de la realidad que está viviendo la localidad que representa. Sólo así se explican las cifras que se han ofrecido sobre el número de ‘sin techo’ que se encuentran hoy por hoy en la ciudad. El censo oficial habla de 105 personas, cifra puesta en tela de juicio por varias de las entidades que trabajan con las personas sin hogar.
Esta cifra es similar a la de años anteriores. Así, en 2017 eran 98 y en 2019, 103. Si nos retrotraemos unos cuantos años más, descubrimos que en 2013 había 107 ‘sin techo’ y que el número de personas sin hogar en 2015 era de 115. Según las cifras que maneja el Ayuntamiento, habría, pues, diez personas menos que en 2015. Sin embargo, es palmario el incremento de ciudadanos en estas circunstancias en las calles de Cádiz. O los ‘sin techo’ se escondieron en el momento de realizar este estudio o se ha buscado una cifra que maquille las escandalosamente ineficaces políticas en asuntos sociales del autodenominado Ayuntamiento del cambio. Un paseo por la localidad permite descubrir que sus calles nunca han tenido a más personas sin un hogar deambulando por la ciudad. Distintas asociaciones llevan tiempo alertando de que, además, la inacción municipal está provocando un innegable efecto llamada que ha repercutido en un empeoramiento de la seguridad en distintas zonas.
Y como siempre con este equipo, todo termina politizándose. Incluso a la hora de considerar a unas asociaciones y a otras pues, según lamentan desde los distintos colectivos que se encargan de acompañar a los sin techo, no se presta la misma atención a los que no comulgan con los postulados que salen de San Juan de Dios, cuya medida estrella contra el fenómeno del ‘sinhogarismo’ ha sido el vallado del acceso a las bóvedas de Santa Elena. Unas vallas que, parece, también les ocultan a ellos la visión de la realidad.