Atención máxima a las residencias
Con la experiencia trágica de la primera ola, esta segunda no puede causar tanto daño en los centros de mayores
Aunque toda la sociedad está sedienta de esperanza, necesitada de un horizonte de recuperación sanitaria y económica provocado por las vacunas – que se detallan casi como una retransmisión en directo–, conviene recordar, recordarnos, que la salida de este túnel aún será larga y difícil.
El ... retorno a los hábitos anteriores será progresiva, no llegará un día, de repente, y aún se alargará muchos meses. Para confirmar esta previsión, que puede parecer tan cargada de pesimismo como de prudencia y lógica, basta con leer con atención los datos facilitados por la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía. Tres semanas después del inicio de las medidas de restricción de la movilidad en Andalucía, la cifra de nuevos casos en la provincia suma 734 nuevos contagios de Covid-19. Ese fue el preocupante balance de la jornada de ayer. Aún cerca, demasiado, del máximo registrado en noviembre, que fue el pasado día 20, con 789 contagios contabilizados en 24 horas. Por lo tanto, por más que soñemos en una primavera de alivio colectivo, el presente aún es complejo, el invierno se hará muy largo y la vida diaria precisará de toda nuestra colaboración, nuestro compromiso individual en la prevención. Los responsables autonómicos no se cansan de advertirlo y la cercanía de las fiestas navideñas no puede servir de justificación para relajar la imprescindible disciplina ciudadana.
Dentro de todos los colectivos amenazados por esta pandemia, el de los mayores que viven en residencias ha sido uno de los que han sufrido con más crueldad. Algunos datos publicados en verano fijaban que dos de cada tres víctimas mortales eran mayores de 70 años e ingresados en este tipo de centros. Ahora, en esta segunda ola que la provincia vive tan duramente durante los últimos días, las residencias vuelven a estar en el punto crítico del temor a la enfermedad. Dos decenas de centros de este tipo ya presentan focos de contagio de distinta gravedad. La gran epidemia cogió desprevenidas a las residencias y a sus asilados en la primera ola pero la Junta de Andalucía supo reaccionar antes de la segunda para medicalizar todas las que presenten cualquier caso, con cualquier nivel de gravedad. Es un paso importante que habrá que aplicar con extremo celo aún durante mucho tiempo. El personal de estos recintos tiene que recibir igualmente el respaldo de esta asistencia sanitaria suficiente y constante.