EL APUNTE
Una Andalucía real para la gente real
El sentimiento andalucista, para ser sincero, no puede olvidarse de las necesidades de los andaluces del día a día, y eso pasa por mejorar nuestra economía sin olvidar nuestras raíces
Andaluces, levantaos, pedid tierra y libertad. Sea por Andalucía libre, España y la humanidad. Andalucía celebra este domingo su día grande, por encima de las reivindicaciones de los que pretenden reinventar la historia cambiando el nombre de las calles. Es un día para celebrar, para ... sentir ese orgullo de ser andaluces pero también como sucede cuando se llega al final de un año, de hacer balance de lo que hemos realizado y de los retos que tenemos por delante. Si en algo coinciden todos los entrevistados en el amplio reportaje sobre el 28F que se publica hoy en este periódico es en que el andalucismo debe ir acompañado de soluciones a los problemas reales de los andaluces . No puede quedarse en los tópicos que nos inventaron los demás ni en la machacona repetición de unas frases ya gastadas sino que debe trabajar por el impulso real de nuestra tierra sin el olvido de nuestras raíces. Unas raíces que se hunden en un terruño donde viven Picasso, Velázquez, Averroes, pero donde también hay que seguir floreciendo con empresas y proyectos que apuesten por el talento de nuestra tierra e impulsen la creación de empleo.
Hay que luchar por un andalucismo que se niegue a que Andalucía pierda población, juventud e ilusión. Hay que dejar atrás ese andalucismo trasnochado que habla de señoritos a caballo, de bandoleros y honrados contrabandistas de tabaco y empezar a pensar en una región moderna, dotada de infraestructuras y en donde importen más los hechos que los rencores que podamos tirarnos a la cabeza. El propio Partido Popular manifestaba esta semana que Juanma Moreno era el presidente más andalucista que había tenido la región. Y lo es precisamente porque está centrando su gestión no en tapar los escándalos de corrupción de sus antecesores o en ir allanando su camino hacia Madrid invocando un falso victimismo como sucedía hasta fechas recientes, sino trabajando por los problemas reales de nuestra comunidad autónoma, buscando consensos y poniendo las bases para una Andalucía de bienestar que genere riqueza y empleo. Una Andalucía del siglo XXI que vuelva a dar luz a sí misma, a España y a la humanidad.