El Apunte
El adiós al peaje ya surte sus efectos
El incremento de un 30% del tráfico en la AP4 desde el pasado 1 de enero confirma que la supresión del pago era muy esperada... Ahora queda garantizar el mantenimiento
Durante demasiados años, durante demasiados debates, sirvió como arma arrojadiza entre los grandes partidos en los parlamentos regional y estatal. Siempre, en campaña, el que estaba en la oposición prometía el final del peaje entre Cádiz y Sevilla, de la obligación del pago en la ... autovía que comunica directamente, en apenas una hora, la Bahía con la capital sevillana. Miles de ciudadanos han hecho, durante miles de veces, ese recorrido con la obligación de pagar. Hasta el pasado 1 de enero de 2020, cuando esa obligación caducó. Algo largamente esperado. Quedó por fin en el pasado. Y es que en cada ocasión que había que parar ante la barrera, allí en Las Cabezas, los conductores se preguntaban por qué pagar y hasta cuándo sería necesario contribuir a la financiación, o al mantenimiento, de ese nervio fundamental. Esa consideración ha sido paralela al perjuicio económico que se provocaba a un número indeterminado de empresas, cuyos costes crecían como no sucedería si utilizaran otra forma de transporte. La desaparición del peaje ha tenido un efecto inmediato: el tránsito por esa vía ha crecido en un 30% en lo que va de año, libre de peaje. Es un tercio de subida, lo que responde a cualquier pregunta. Por eso, por esperado y necesario, resulta plausible el paso dado.
Que la crisis o el partidismo aplazaran un momento tan esperado no evita la satisfacción colectiva. Hasta ahora, el anuncio siempre había quedado en la promesa de que la eliminación sería convenientemente acelerada y ejecutada si hubiera sintonía entre Junta, Gobierno y administraciones locales. Pero finalmente es una realidad. Ahora queda un reto pendiente y fundamental: garantizar unas labores de mantenimiento acordes a las necesidades de los ciudadanos y al dinero que aportan vía impuestos.
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