Ignacio Moreno Bustamante

Se buscan pobres y corruptos

Reales en sus mítines, virtualmente aborregadas en las redes sociales

Ignacio Moreno Bustamante

Pablo Iglesias, Teresa Rodríguez, Kichi, Errejón y compañía deben ser cojos. Cojos de toda cojera. Como el célebre ‘Cojo Peroche’ de Cádiz, gran cantaor que –a decir de los entendidos– tenía el mejor compás que por estos lares se haya visto en muchos años. Porque de lo contrario, no se entiende esa máxima tan española de «se coge antes a un mentiroso que a un cojo». A estos señores abanderados de la política más rudimentaria, más básica, nadie parece cogerles sus mentiras. Las sueltan así, sin más, y reciben cerradas ovaciones. Reales en sus mítines, virtualmente aborregadas en las redes sociales. Que si los niños pasan hambre, que si vamos a rescatar empresas para que vuelvan a ser municipales, que si los ricos son muy malos y los pobres, la gente, vive bajo el yugo del capitalismo y la represión. Todo adobado con datos de prestigiosas instituciones que nadie pone en duda. El 40% de tal se ha gastado en cual. Veinte mil millones de euros invertidos en langostinos, diez mil más en sesudos informes. Y así, a lo tonto, a lo tonto, van sumando adeptos hasta poner en verdadero peligro el sistema que ha llevado a España a vivir las mejores décadas de su historia pese a tanto mangante, a tanto canalla corrupto.

Porque para que esas mentiras se las traguen miles de españoles hacen falta aliados, colaboradores necesarios. Sin duda, los mejores han sido los ladrones de todo signo que han robado hasta la extenuación y muchos otros que lo han permitido mirando para otro lado ya que se beneficiaban en mayor o menor medida. Desde Chaves y Griñán a Bárcenas. Desde Puyol y los ‘puyolitos’ –que diría el Selu– a Granados. De Urdangarín al útimo alcalde que se adjudica a sí mismo los contratos municipales. Todos ellos han hecho posible que Podemos se haya convertido en lo que hoy es. Y a ellos debemos agradecérselo. Porque un país puede entrar en crisis. Puede sufrir para acabar saliendo incluso fortalecido. Ejemplos hay varios a lo largo de la edad moderna. Pero es mucho más difícil recuperarse de tanta mentira, tanto engaño y tanto ladrón. Para eso se necesitan décadas de ejemplaridad política. Para que no percibamos que lo normal es que si alguien puede meter la mano, donde sea, la meta. Estamos en un momento en el que se antoja complicado –al menos a medio plazo– volver a la senda que ha hecho que todo español menor de 40 años pueda decir que realmente ha vivido en un país donde ha habido igualdad de oportunidades, donde quien ha querido estudiar lo ha hecho. Y mucho más difícil es hacerlo con políticas de verborrea barata que sólo dice lo que muchos quieren escuchar. Sin decir cómo se hará. Pero prometiendo el oro y el moro. Y todo, por culpa de tanto corrupto, de tanto indeseable, que han dado alas a los buenistas, a los populistas, a los que necesitan que haya pobres y corruptos para alcanzar ellos el poder.

Comentarios
0
Comparte esta noticia por correo electrónico

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Reporta un error en esta noticia

*Campos obligatorios

Algunos campos contienen errores

Tu mensaje se ha enviado con éxito

Muchas gracias por tu participación