Adolfo Vigo - Opinión

El bueno, el feo y... La de Triana

Una cosa que me llamo poderosamente la atención es la falta de humildad del candidato Sánchez

Adolfo Vigo

No mientas, cariño’, le lanzó Susana a Pedro clavándole la fría hoja de acero de su daga en la espalda. Pues claro que mentía, o ¿acaso los tres no mintieron en el debate que mantuvieron para hacer decidir a la militancia cual es la mejor opción para liderar el partido?

Está claro que el PSOE se halla inmerso actualmente en una guerra civil. Una confrontación que por mucho que se empeñen en negarlo va a dejar a los socialistas españoles más muertos que su partido homónimo de Francia. Gane quien gane, y me da que Patxi no será, preveo que la militancia y la cúpula sufrirá una purga que vaya a reírse usted de las que hacían los bolcheviques en aquellos años de terror en la Unión Soviética, si no que se lo pregunten a algún dirigente socialista gaditano que ya se ha visto relegado a un segundo plano por apoyar a Pedro Sánchez. Y, es que ya lo dijo Alfonso Guerra, el que se mueve no sale en la foto, y los socialistas son muy dado a desenfocar las instantáneas a fin de que no todos aparezcan en ellas.

He de decir que me sorprendió gratamente la posición de Patxi López. Me explico. Durante un tiempo, y a fin a las teorías conspirativas como soy, llegue a pensar que el vasco estaba ahí no por voluntad de ganar o aspiración a liderar el PSOE, sino por conveniencia de alguno de los otros candidatos a fin de restar votos al contrario. Durante un tiempo, sospeche que este se había prestado al juego del aparato para debilitar la opción de Pedro Sánchez. Lo que no pensaba era que tendría el mejor discurso de los tres candidatos. Un discurso coherente, lógico, e incluso, necesario para reflotar la nave a la deriva en la que se ha convertido el PSOE, la cual se encuentra con el permanente riesgo de encallar en los cantos de sirena de un Podemos cada vez más interesado en captar a náufragos socialistas desilusionados. Se ve un candidato tan solvente que hasta el mismo Pedro Sánchez le ha ofrecido con anterioridad, e incluso, en el debate hacer suyas las propuestas que lleva el dirigente vasco.

Una cosa que me llamo poderosamente la atención es la falta de humildad del candidato Sánchez. Es incapaz de hacer público reconocimiento de que con él el partido socialista ha cosechado los dos peores resultados de toda la historia. Es incapaz de asumir que durante su mandato sumió al PSOE en una espiral de vaivenes políticos, los mismos que ahora plantea cada vez que abre la boca, como bien le recordó Susana, coqueteando en cada momento con quien más le interesa. Lo mismo saca una bandera española en un mitin, que pretende reconocer la nacionalidad catalana dentro de la nación española. Lo mismo se ofrece de pareja de baile de Pablo Iglesias que se enfrenta a él por liderar la izquierda española.

En una cosa coinciden Pedro y Susana, y es que confunden la elección a Secretario General del PSOE con ser el próximo candidato a las elecciones generales por dicho partido. Y es que el afán de gloria les puede a los dos.

Si algo me quedó clara de ese enfrentamiento es que, el PSOE se encuentra actualmente fracturado, destrozado, sin ideas de futuro, abocado si nadie lo remedia a convertirse más en un coloso en llamas, que en un fénix que resurge de sus cenizas.

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