Adolfo Vigo Del Pino - OPINIÓN
El boleto de Navidad
Esta semana quiero dar mi particular visión de lo que hoy en día creo que está ocurriendo en nuestro Ayuntamiento
Como bien sabrá distinguir el lector, este espacio que suelo escribir es una columna de opinión y no un artículo periodístico. Es una columna en la que semanalmente doy mi visión personal de lo que está ocurriendo en la actualidad o de algún tema que me llame la atención o interese.
Pues bien, esta semana quiero dar mi particular visión de lo que hoy en día creo que está ocurriendo en nuestro Ayuntamiento. Esta opinión no es más que nuestro alcalde está más solo que el vigilante del anuncio de la lotería de Navidad. Y digo esto porque por días que pasan mayor es el desencuentro que nuestro regidor local encuentra con los ciudadanos de a pie.
Si ya de partida contaba con una inmensa mayoría de ciudadanos que no le secundaban. Hagamos memoria y recordemos que el ganador legítimo de las elecciones municipales no fue su partido, sino el Popular. Poco a poco se ha ido poniendo en contra a posibles votantes de su partido.
Cabe recordar, cómo Inmaculada Michinina se alzó en un Pleno recordándole que no estaba cumpliendo con sus votantes. A esto se sumo Karlos Puest, que quitando los exabruptos utilizados en el vídeo, le dejó un mensaje muy claro, que no es otro más que el hecho de que no se está oyendo a los que le habían alzado hasta la poltrona de la Alcaldía. A lo mejor, el problema de estos dos ciudadanos es el mismo que achacó el alcalde a las asociaciones de vecinos de nuestra ciudad. Por parte de Podemos se llegó a decir que estas asociaciones estaban manipuladas o manejadas por algún partido político de la derechas, para hacer presión al equipo de Gobierno. Ninguneando de esta manera a las juntas de las asociaciones y poniendo en entre dicho la independencia de los que las dirigen. Cosa que también ocurrió con la Asociación de Trabajadores Autónomos, a cuyo presidente se le acusó de ser «capitán del PP».
A esto, hay que añadirle los quebraderos de cabeza que desde la Corrala de la Bahía le están llegando constantemente. Son ya innumerables las ocasiones en las que estas personas que componen esa corrala han manifestado la dejadez del equipo de Gobierno frente a las necesidades básicas que plantean. Si antes de las elecciones no dejaban de visitarlos y de encabezar protestas con ellos, hoy ya no les cogen ni el teléfono, y para poder ver al alcalde deben de abordarlo en la puerta de la Casa Consistorial, como si de mendigos que pidieran caridad se tratarán.
Entiendo que, por día que pasa, la historia del cambio en nuestro Ayuntamiento está más cerca de su fin. Todo me dirige a que el desenlace de esta historia llegará cuando tras las generales del día 20 se lleguen a posibles pactos de gobierno o ya a alguno o alguna no les interese, o simplemente les dé igual, mantener a este partido en el sillón del poder
Terminando con el personaje del principio, me da la sensación de que cada mañana al abrirse el ascensor que lo lleva a la primera planta del Ayuntamiento, donde se encuentra su despacho, el alcalde espera encontrarse a Fran González, cual maniquí del anuncio, con una moción de censura en la mano a modo de billete de la Lotería Nacional, para que le den la ‘boleta’ más que el boleto. Pero al contrario que el eslogan de la campaña navideña, sus sueños nunca se cumplen.