Opinión

The Black Week

Su nombre se origina del latín ‘septimana’

Su nombre se origina del latín ‘septimana’. Es ese periodo de tiempo, de aplicación universal, utilizado como división del espacio temporal. Los primeros en usarlo fueron los babilonios y los sumerios. Ya en el Génesis de la Biblia se hace referencia a que Dios el ... séptimo día descansó como colofón a su Creación. Su división es planetaria, dedicándose a la Luna, Marte, Mercurio, Júpiter, Venus, Saturno y al dios Sol.

Existen semanas para todos los gustos y aficiones. Semana gastronómica, fantástica, trágica, de la música, carnavalesca, de la danza, de la electrónica. Existe la fashion week, la semana negra, la semana cultural, la semana blanca. Hay incluso una revista del corazón que lleva por título ‘Semana’. Hasta el culmen de la religiosidad católica más hiperbólica es una Semana Santa.

En esta semana todas las personas de bien hemos tenido las carnes abiertas. Coincidiendo con la celebración del trigésimo aniversario de la primera víctima mortal, producida por el fenómeno migratorio en nuestras costas, nuestros ojos no han dado crédito de tanta desgracia. La plácida y solitaria playa de Caños de Meca, con esa luz dorada de consistencia otoñal, otrora bulliciosa y colmatada de gentes de buena vida, se ha convertido en el escenario ignominioso y lúgubre de muertes inocentes. Durante días las portadas de los periódicos nos han venido a restregar por la cara nuestra impasividad y omisión ante esta avalancha migratoria a la que hay que dar una solución digna. Es como si el mar quisiera de manera parsimoniosa recordarnos día tras día que los que se atreven a atravesar el Estrecho lo hacen partiendo de la desesperación y animados por cantos de sirena que les prometen vellocinos de oro. Desde la miseria nos manda a los más jóvenes, a los más sanos, a los que pueden soportar la dureza de esa corta travesía. De manera cadenciosa nos llegan a nuestra orilla los cadáveres de personas jóvenes que abandonaron todo cuanto tenían imbuidos de ansias de una vida mejor. Ayoub Mabrouk vino con lo puesto, no sabía nadar, pero se arriesgo ante la llamada de la costa de la opulencia que casi se podía tocar desde la otra orilla. En los barrios pobres de Rabat, Tánger y Tetuán se llora a escondidas la muerte de su juventud.

De un tiempo a esta parte el paisaje de la costa gaditana está perdiendo ese lustre de lugar bello para convertirse en un cementerio improvisado. Por miles se cuenta las almas esperanzadas que no llegaron a ver la luz desde el faro de Chipiona al de Punta Carnero. Ya no valen excusas de miedos infundados al diferente. De ser un país de emigrantes por motivos de pobreza, nos hemos convertido en un lugar deseado por aquellos que sólo quieren simplemente vivir. En apenas 30 años hemos multiplicado por 50 la población extranjera censada en España. Dicen que en Algeciras conviven personas de más de sesenta nacionalidades, todo un ejemplo de concordia.

Nuestro particular Black Friday no está en conseguir esa oferta inmejorable por algo que seguro no necesitamos, sino en la necesidad de pulir nuestras conciencias y pasar a la acción para acabar con este incesante goteo de horror.

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