El Apunte
El bendito problema de la excelencia
La provincia quiere venderse como un destino turístico preferente y cuenta con la ventaja de contar con una oferta variada y de calidad
Pocas veces tener un problema es una bendición. Sin embargo, eso es lo que le ocurre a la provincia de Cádiz cuando tiene que venderse como destino turístico. Tiene el bendito problema, el tremendísimo desafí o, de tener que vender un territorio diverso, complejo, ... con una oferta que compite entre sí y, sobre todo, como señaló ayer la delegada de la Junta en Cádiz, Ana Mestre, que tiene una inmensa capacidad de cooperación e influencia mutua. Cádiz se quiere vender como un destino turístico preferente y credenciales no le faltan.
Los datos avalan esa apuesta de la Junta y la Diputación por seguir apostando por el desarrollo turístico de la ciudad. Frente a administraciones trasnochadas que parecen no querer ver más allá de sus mítines, los técnicos más capaces están trabajando para que los buenos datos de ocupación de los que gozó la provincia este verano se mantengan durante todo el año y se prolonguen a temporadas venideras.
Para ellos, es importante seguir apostando por la calidad de los alojamientos, de la oferta gastronómica y por la diversidad de opciones culturales que completen el tradicional sol y playa o, llegado el caso, lo sustituyan. Durante el verano, festivales como el Concert Music o Dsoko han demostrado que Cádiz está de sobra preparada para compaginar una naturaleza envidiable con un calendario de eventos.
Cuando se piensa en turismo en Cádiz , probablemente vengan a la cabeza las kilométricas playas, que también. Pero ayer la delegada reivindicó los buenos datos de ocupación de los municipios de interior, con la Sierra –baluarte a nivel nacional del turismo rural– y de Jerez –con una triada de gastronomía, flamenco y caballos que bien justifica un viaje–.
La Junta, en el Día Mundial del Turismo , puso sobre la mesa la necesidad de seguir trabajando, de no dormirnos en los laureles y emplear los fondos de reactivación para distinguir la oferta gaditana, que tiene que luchar en el campo de competencia de la excelencia con los principales destinos del mundo. Es una labor ilusionante porque partimos con la inmensa ventaja de tener una materia prima única y variada en la que, salvo la excepción de siempre, todas las administraciones están yendo de la mano.