El Apunte

¿A las barricadas?

El lenguaje violento y las llamadas a la movilización suponen una temeridad que nos recuerda lo peor

La Voz de Cádiz

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Resulta preocupante. De hecho, son muchos los preocupados. El lenguaje belicista, entre tabernario y cuartelero, parece haber llegado a la vida política para quedarse. Desde el pasado domingo, especialmente y por un resultado electoral que han decidido los ciudadanos –los que ejercieron dos sagrados derechos: ... votar y no hacerlo–, hemos visto resucitar frases literales como «no pasarán» o «reconquista», antes fueron «a por ellos», «nos invaden», «opresores» y «nos roban». Descalificaciones agresivas que predisponen a la violencia física, que nos ponen a un paso de ella. Anoche, una convocatoria pretendidamente «antifascista» acabó con daños en comercios, insultos y vejaciones a periodistas, pedradas, un detenido y contenedores quemados. Los dirigentes de Podemos y de Adelante Andalucía que han llamado a «la movilización» contra un resultado electoral legítimo –por más que alarmante– deben hacerse responsable de la deriva de esas marchas aunque muchos de sus convocantes e integrantes tengan las mejores intenciones o jamás participen de la violencia. El mayor peligro consiste en acostumbrarse, en dar por bueno, por inevitable, que los insultos y el ataque verbal sean parte de la vida política, del debate social, público, vecinal e institucional que debe representarnos a todos.

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