Opinión

La barra cibernética de internet

En este país lo mismo valemos para un roto que para un descocido

En este país lo mismo valemos para un roto que para un descocido. Si dentro de cada español hay un seleccionador de futbol, últimamente este convive con un abogado o con un juez, dependiendo del ego del susodicho. Esto viene a raíz de la famosa ... sentencia sobre el ‘procès’ en Cataluña. A las pocas horas de publicarse la misma ya existían numerosos expertos sin titulación o formación jurídica dando sus pareceres y autenticas clases magistrales sobre una sentencia de más de 450 folios, que resumían, en muchos casos, en dos tuits, o pocos más, de solo 140 caracteres.

Los españoles somos únicos en solucionar todos los problemas. Si nos lo propusiéramos, con nuestro infinito conocimiento en todas las materias y una barra de bar, seríamos capaces de encontrar solución a todos los males que asolan a nuestro planeta y, quién sabe, quizás del sistema solar.

Pero la verdad es que leerse, entender y comprender una sentencia como la dictada en el presente caso por el Tribunal Supremo no es algo que se pueda hacer en un par de horas y, aún menos, si tus conocimientos de Derecho se limitan a saber dos latinajos jurídicos y cuatro reseñas del Código Penal o si conseguiste tu titulo en Derecho por ver todos los capítulos de ‘La ley de los Ángeles’ o ‘Turno de Oficio’, que es lo que muchos de los que pululan por Twitter y otras redes sociales tienen en su haber.

Si antiguamente el español solucionaba todo apoyado en la barra de un bar, hoy en día lo hace apoyado en la barra cibernética de una red social, lo que podríamos denominar como la barra del ciberespacio.

Es fascinante ver como estos expertos en todo y sabios en nada se matan por ser los primeros en sacar sus conclusiones y exponerlas en la barra del Twitter o del Facebook a fin de que la gente les aplauda sin saber si lo que están diciendo es lo correcto o fruto de su escaso conocimiento en la materia.

La sentencia, en este caso, podrá gustar más o menos, estar conforme o no con el hecho de que, quizás, se haya rebajado los delitos para conseguir la unanimidad de todos los magistrados y no dar pie a los independentistas a buscarle los resquicios para recurrirla con más o menos fundamento.

Lo que está claro, es que con ella se ha conseguido deslegitimar judicialmente un procedimiento que pretendía conseguir la independencia de Cataluña con una burda puesta en escena de una votación ilegal y carente de sentido en un país democrático como es España.

La verdad que para mi profesión, como para la de medico entre otras, las redes sociales están haciendo un flaco favor. En muchas ocasiones cuando le das tu opinión profesional a un cliente sobre su caso, este te rebate diciendo que fulanito ha escrito todo lo contrario o que en un tuit alguien, que dice saber de Derecho, ha disertado sobre una cuestión similar y ha dado otro fundamento.

Son esos casos en los que te entran ganas de mandarlos a paseo y que sea ese erudito el que lo asesore, que ya volverán cuando vean el desaguisado que le va a ocasionar seguir el consejo de tanto iletrado en Derecho. Teniendo, en ese caso, que pagar el doble, por solucionarle el problema antiguo y el nuevo en el que se han metido por seguir el consejo de alguien que estaba apoyado en una barra cibernética.

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