El Apunte
Los barcos de Venezuela que nunca existieron
Su embajador trata ahora de culpar al Gobierno de España de impedir contratos con Navantia
La llegada del socialista Rodríguez Zapatero al Gobierno de la nación en 2004 significó un cambio radical para los astilleros púiblicos. El nuevo ejecutivo llevó a cabo la reconversión del sector naval y privatizó varias factorías públicas de la antigua Izar. Tras el debate político nació lo que hoy conocemos como Navantia. La Bahía de Cádiz logró mantener en manos públicas sus tres astilleros. Al año sigiuente, Zapatero firmó con el presidente venezolano Hugo Chávez un contrato millonario para la construcción en San Fernando y PuertoReal de siete patrulleros para la Marina bolivariana. El contrato incluía también un octavo barco, que se realizaría en la planta venezolana de Dianca. Este acuerdo fue un balón de oxígeno para Navantia, que inciaba así su andadura como constructora naval pública. Los siete barcos se construyeron entre los años 2006 y 2012. Venezuela desplegó en la Bahía a más de cien militares, familias incluidas, para supervisar la obra de los barcos.
Todavía se recuerda el espectáculo militar y festivo que montaba la misión venezolana en los astilleros gaditanos cada que se botaba un barco o se procedía a su entrega. La relación entre Navantia y Venezuela iba viento en popa, aunque la cuerda se tensó durante la celebración de la Cumbre Iberoamericana de Santiago de Chile cuando Hugo Chávez aprovechó la presencia del Rey Juan Carlos y del presidente Rodríguez Zapatero para llamar «fascista» a Aznar. Fue entonces cuando el Monarca español pronunció la célebre frase «¿por qué no te callas?» Desde entonces, las relaciones han ido de mal a peor. No obstante, el Gobierno de Zapatero alcanzó una calma tensa. En este escenario, el entonces embajador venezolano en España, Bernardo Álvarez Herrera, llamaba la atención sobre las posibilidades que tenía España de invertir en Venezuela, especialmente en el sector naval. El diplomático avanzó en varias ocasiones la negoiación de un nuevo contrato para la construcción de otros cuatro barcos, pero Venezuela quería que esta operación fuera por transferencia tecnológica. El Gobierno de Chavéz hizo el anuncio, pero nunca lo materializó. Maduro se encargó de echar tierra al asunto.
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