La Bahía de plástico
La basura arrojada en los lunes de Piojito no es el mayor problema ni el más urgente, pero requiere buscar una solución
Cuando alguien detecta un problema, el paso siguiente debe ser la búsqueda de la solución. Sólo el incapaz, el flojo, o quien reúne ambas características se ampara en innumerables excusas para desviar la atención. Banalizando, mezclando, confundiendo… con el fin de diseminarlo, como quien metafóricamente ... esconde el polvo debajo de la alfombra aliviado y muestra cómo la suciedad ha desaparecido. Magia.
Los lunes, en Cádiz, en la Avenida de la Bahía, en el Piojito, hay un problema. No es el único de la ciudad, ni siquiera el más importante. Como tampoco la gestión de alimentación de los gatos del Campo del Sur, los parques para perros o la caza de palomas. La solución no es urgente ni prioritaria, pero eso no es óbice para abordarla. El primer día de la semana este balcón al mar queda envuelto en bolsas de plástico, entre cartones y demás enseres procedentes del mercado ambulante. Un indecoroso vertedero.
No es por la cochambrosa imagen, que también. Sino por la repercusión negativa que tiene sobre el medio ambiente con la conciencia ya asumida de la necesidad de luchar contra la contaminación y frenar el cambio climático. Es cierto que el humo de los coches o el combustible de los cruceros son más perjudiciales, pero como enseñan a los pequeños en la escuela, la primera medida en esta batalla a favor de la naturaleza es que cada uno arroje su papel a la papelera. Más que mirar a lo grande, ir al detalle, a qué puede hacer cada cual. Los vecinos, los gaditanos, libres de intereses partidistas, sólo piden a sus representantes políticos medidas para que su principal patrimonio no se convierta en un contenedor de basura.
Y soluciones hay. Cambio de ubicación provisional a uno de los solares para que los desperdicios no caigan al mar; la colocación de las mallas para frenar todos esos plásticos y cartones impulsados por el viento; vigilancia y castigo para aquellos que no cumplan con su labor cívica.
La gestión cotidiana que quizás no acapare flashes ni alimente titulares, ni rotule pancartas o se pueda usar como ariete en las guerras con las demás administraciones. Valcárcel, la Ciudad de la Justicia, el Teatro Romano y el Museo del Carnaval son ambiciosos proyectos donde el Ayuntamiento tiene mucho que decir, pero es en el Piojito y en la Avenida de la Bahía de plástico donde tiene mucho que hacer.