Antonio Ares Camerino - OPINIÓN

Una ayuda

Este año corresponde expansión y dádivas míseras, para ello estamos en año preelectoral

Detrás de cada puerta de los partiditos de las casas de vecinos se guardaban objetos de lo más variopintos. Una ramita de olivo bendecido el último Domingo de Ramos , una imagen del Sagrado Corazón en metal “Guardando a todos los de esta casa”, y a veces incluso una herradura de la suerte. Lo que nunca faltaba era un recipiente de metal porcelana, cual jarra, conectado con una goma de color naranja con su pitorro, a la que todos llamaban lavativa o ayuda. Nada de perillas de goma. Artilugio casero, donde los haya, daba buena cuenta de la ley de la gravedad y de la de los vasos comunicantes de Torricelli.

El ministro de Hacienda y Función Pública, Cristóbal Montoro , se ha tomado los presupuestos de año 2018 como eso, como una auténtica ayuda. Atrás quedan las cicaterías y los recortes de presupuesto anteriores. Este año corresponde expansión y dádivas míseras, para ello estamos en año preelectoral, y todos hacen cuentas de su posible rentabilidad política a corto plazo.

La renta de más de trece millones de personas depende de la aprobación del Proyecto de los Presupuestos Generales del Estado . No les tiembla la voz, no se les acelera el pulso, ni siquiera se sonrojan al asegurar que son fruto del acuerdo con los agentes sociales y pensados “especialmente” para pensionistas, funcionario, y con el único objetivo de creación de empleo de calidad. Apelan con dejar en ridículo ante la ciudadanía a aquellos partidos políticos que no aplaudan y voten a favor de estas cuentas del Estado.

Analizando con detalle las partidas y la distribución de los presupuesto podemos que de sociales tienen poco que el gasto público sigue en caída libre desde el año 2007. Todos los países de nuestro entorno han dejado atrás la recesión y empiezan a invertir dinero público en infraestructuras, creación de empleo de calidad y estado de bienestar. La partida que más importancia tiene en los presupuestos, con un 55%, es la de pago de pensiones, paro e intereses de deuda . El colectivo de pensionistas ha tomado conciencia de su poder en la toma de decisiones, y el Gobierno, a regañadientes, parece estar tomando nota. Por sectores el mayor crecimiento se produce en Infraestructuras que crece un 12,7 % del que apenas se beneficia Andalucía. Le siguen Defensa con un 6,9% e Interior con un 6,4%. En el otro extremo Vivienda con un 1,3% y Sanidad y Educación con un 3%. Si bien por Comunidades Autónomas en términos absolutos Andalucía es la que mas dinero recibe, en términos relativos por población y territorio es de las últimas. La aportación para Cataluña crece un 13,3% y para el País Vasco un 32%. Volvemos al mimo insaciable a los nacionalistas del que ahora estamos recogiendo sus frutos. Nos dicen que se proponen beneficios fiscales para rentas bajas y medias, pero no nos cuenta que los beneficios fiscales para las empresas van a crecer un 62%. Estos presupuestos son un espejismo de país sin proyecto de futuro.

Una ayuda

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