La Voz - EL APUNTE
La asignatura pendiente
Coordinar la oferta desde la formación con la demanda de las empresas resulta esencial para optimizar el sistema docente
La mayor parte de los sistemas educativos que funcionan en los países más desarrollados del planeta se caracterizan por un gran pragmatismo. Sus alumnos, sus docentes, están orientados al mercado laboral hasta el punto de que los últimos años de formación suelen tener un carácter híbrido, a medio camino entre la universidad y la empresa. Las facultades están muy atentas a lo que necesita el mercado. El mercado siempre tiene un ojo y una pata en esa cantera de patrimonio intelectual insustituíble.
Precisamente, de esa característica adolece el sistema educativo español, el andaluz. La carencia, incluso, se hace más patente en zonas con bajo nivel de renta y alto fracaso escolar, donde sociedad y educación cometen el suicidio de caminar por separado. El reportaje que hoy publica LA VOZ muestra lo grande que es esa distancia. Hay demanda de empleos sin cubrir y una legión de ciudadanos que se han formado en áreas que tienen escasa aplicación empresarial directa. En suma, que tienen dificultades para convertir esa capacitación en un medio de vida, en un salario sobre el que construir. Es cierto que la crisis ha supuesto una estafa para miles de estudiantes que han cumplido con la parte del trato que les propusieron (prepararse) y no han encontrado la contrapartida que les garantizaron (empleo bien remunerado). Es cierto que cada avance tecnológico aniquila de un plumazo miles de puestos de trabajo y habrá que gestionar ese cambio esencial.
Pero lo que tenemos en nuestras manos es acercar universidad y empresa, aproximar lo que ofrece la primera y necesita la segunda. Sólo así podrán reducirse los niveles de desempleo y emigración que suponen dos de los mayores lamentos de los gaditanos en las últimas décadas.