El arte municipal de culpar al ciudadano

El Ayuntamiento de Cádiz ya ha reaccionado a las voces que clamaban por la suciedad de la ciudad. Se ha tomado su tiempo para analizar qué podía fallar, qué se estaba haciendo mal para que se perdiera la que era una de las señas de identidad con el gobierno de Teófila Martínez: la limpieza de la Tacita de Plata . En este tiempo, la coalición de Podemos y Ganemos ha podido echar un vistazo al demoledor informe que presentó Ciudadanos, en el que se señalaba que la empresa de limpieza estaba baldeando de manera deficiente la ciudad, que había reducido la maquinaria de limpieza del pavimento y que incluso se había reducido la plantilla. También habrá escuchado, o leído en los medios de comunicación, las declaraciones del Partido Popular , reconociendo que cuando ellos estaban en el gobierno tenían que estar vigilando constantemente a la empresa de limpieza para que cumpliera lo acordado. Y la solución que ha encontrado el equipo de Gobierno ante este problema ha sido concluyente: informar al ciudadano sobre cómo se debe tirar la basura e incrementar la vigilancia policial para asegurarse de que el vecino cumple con lo estipulado.

En definitiva, ha encontrado al culpable de la suciedad: el vecino. Emprender una campaña informativa sobre dónde debe tirarse cada residuo cuando la ciudad está cada vez más sucia supone una falta de respeto a la inteligencia del ciudadano . Y lo que es peor, desde el Consistorio ya se advierte de que a la campaña de información seguirá una de sanciones para quienes no respeten la normativa municipal. Si bien es cierto que el Ayuntamiento debe hacer cumplir la ley y que hay que poner coto a los que no respetan lo público, no estaría de más empezar por un ejercicio de autocrítica sobre cómo se está gestionando un servicio que los gaditanos pagan de manera religiosa a través de sus impuestos . Ya no vale mirar para otro lado, culpar a la herencia y tratar de esconder la falta de gobierno debajo de las alfombras, porque éstas están ya a rebosar.