EL APUNTE
Aprender la lección
Hospitales y residencias no pueden volver a ser las mayores víctimas en esta segunda ola de Covid
Después de vivir la peor crisis sanitaria que ha conocido, durante la pasada primavera, la sociedad gaditana, como la andaluza, la española, la de medio mundo, tenía la esperanza de haber superado lo peor. Los expertos y los profesionales siempre advirtieron del riesgo de un ... notable incremento de casos a partir de octubre y noviembre. La llegada del frío, la combinación con la gripe, el retorno a los espacios cerrados... Todo apuntaba a que sería el momento de la segunda oleada, ojalá que la última, antes de la ansiada vacuna. Mientras llega el milagro, resulta que ha llegado con antelación esa recaída colectiva. En estos días que aún median septiembre se alcanza en la provincia un nivel de contagios y fallecimientos que no se veía desde mayo . Los números dan a entender que han desaparecido los frutos de las medidas restrictivas del Estado de Alarma. Todos tememos que reaparezcan los confinamientos, aunque por sectores y zonas. Incluso, las encuestas dicen que los ciudadanos entienden mayoritariamente que pueden y deben endurecerse, especialmente en Madrid y otros focos activos. Es la única solución para frenar este virus que, además de ser demoledor e incluso letal en un porcentaje de organismos, se propaga a una velocidad exacerbada. Tan rápido que cada vez que los expertos asesores del Gobierno y diferentes autoridades se dicen dispuestos a detenerlo, ya es demasiado tarde. El destrozo, ahora acumulado, se antoja dramático en todos los aspectos (sanitario, económico y psicológico).
Conviene recordar los aplausos olvidados. Conviene volver la vista a los que combaten en primera fila, arriesgando su vida por la de todos. Los que cuidan de los casos graves que, otra vez, empiezan a crecer en las UCI de los hospitales de referencia de la Bahía, Jerez y el Campo de Gibraltar. Entre todos debemos impedir que los sanitarios (más de 400 infectados, con cuatro fallecidos) vuelvan a pagar por todos, que la batalla se vuelva a disputar en las unidades de cuidados intensivos, que se vuelva a colapsar el sistema sanitario.
Vuelven los días duros y lo son para los de siempre. Es obligación de todos que no los sufran con más crueldad las residencias de mayores y los hospitales. Ya no hay excusas para dejarles solos o para lamentar que carecemos del material adecuado . Estábamos todos avisados y ya sabíamos a que nos enfrentábamos.
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