El Apunte
Aparcar es pagar
La nueva zona azul elimina plazas gratuitas sin ofrecer la contrapartida de grandes bolsas de aparcamiento o mejor transporte público
Aparcar en distintas zonas de la ciudad de Cádiz , dada su particular configuración geográfica, es una tarea difícil que se ha complicado en los últimos años y especialmente desde la reciente construcción de la red de carriles bici y de la apertura al ... tráfico del nuevo puente sobre la Bahía, hace ya casi cuatro años. La tarea de encontrar estacionamiento es especialmente compleja durante los picos de la temporada alta turística, las fechas comerciales más señaladas y las mañanas laborables porque es el momento en que la mayoría de ciudadanos se concentra en estas zonas.
También resulta especialmente molesto en las fechas de grandes concentraciones festivas. Las dimensiones de la capital gaditana y el peculiar perfil urbanístico de la comarca, con grandes poblaciones separadas por unos cuantos kilómetros, más las carencias en el transporte público (sin tranvía tantos años después, con unas anquilosadas líneas de autobús, con poca frecuencia de Cercanías...) hace que la mayoría tienda a moverse en vehículos privados para hacer las gestiones de la vida diaria. Para ello, la zona azul y las bolsas de aparcamiento juegan un papel fundamental. El objetivo debiera ser doble: concienciar a los ciudadanos de que no usen tanto el coche y crear estacionamientos que impidan que invadan las zonas que más hay que cuidar de cara a comercio, vecinos, turismo y hostelería, como podrían ser el Paseo Marítimo y el casco antiguo.
El primero acaba de ser convertido en zona peatonal desde Ingeniero La Cierva hasta Cortadura, por lo que desaparece otra concentración de plazas. Ahora, el Ayuntamiento anuncia que el lateral de la avenida principal más cercano al Paseo Marítimo (también desde Ingeniero La Cierva hasta Cortadura) pasa a ser de pago. Es decir, en la práctica desaparecen cientos de plazas libres más (las de esa parte de la avenida) para dar paso a las de pago (que ya lo eran durante el verano en el Paseo Marítimo). Pero la situación general para vecinos y visitantes sigue siendo la misma. Faltan grandes bolsas de aparcamiento disuasorio y gratuito. Faltan frecuencias en el transporte público, alternativas, faltan tranvía, más y mejores autobuses, más y mejores trenes. Que los aparcamientos actuales están saturados es una evidencia, como demuestran las frecuentes colas de muchos minutos a pesar de su elevado precio. Que al Gobierno local no se le ocurre más que la opción recaudatoria, también.