Antonio Papell - OPINIÓN
La UE se juega hoy su futuro
En la UE hay un movimiento general de comprensión a raíz del drama del coronavirus que se ha plasmado en un proyecto francoalemán que consiste en destinar a la reconstrucción 750.000 millones de euros
![El primer ministro italiano Giuseppe Conte (izda) junto a su homólogo español Pedro Sánchez (dcha)](https://s1.abcstatics.com/media/opinion/2020/07/17/v/sanchez-conte-afp-k6ID--1248x698@abc.jpg)
Parece que nos hemos equivocado quienes pensábamos de buena fe que Europa ya no era la misma que la de 2008, que la Unión Europea había recapacitado y comprendido que la disciplina con que inevitablemente debe gestionarse un ente confederal (de momento) que se ha ... dotado de una moneda única (un claro ensayo federal) no podía convertirse en el abuso de las políticas de austeridad que incrementaran irrazonablemente las tasas de pobreza, destruyesen a las clases medias y generaran un rechazo imaginable en la ciudadanía hacia cuanto es y significa Bruselas.
Lo cierto es que en la UE hay un movimiento general de comprensión a raíz del drama del coronavirus, que, al margen de las políticas expansivas del BCE, se ha plasmado en un proyecto francoalemán que consiste en destinar a la reconstrucción 750.000 millones de euros, 500.000 de los cuales serían subvenciones sin retorno y el resto créditos a bajo interés. El plan no tiene precedentes, y esos 500.000 millones se obtendrían de los recursos presupuestarios de la UE, cuyo presupuesto sería incrementado puntualmente acudiendo a los mercados. Tales subvenciones no tendrían otra condicionalidad que su destino a los fines predestinados y, lógicamente, la aceptación de las reglas básicas de los Tratados.
Pues bien: el primer jarro de agua fría nos llegó con el fracaso de Nadia Calviño en la elección a presidenta del Eurogrupo. Tras el ‘brexit’, los países ‘frugales’ encabezados por Países Bajos (los otros son Suecia, Austria y Dinamarca) y otros de pequeño tamaño han creído necesario apropiarse del papel que adoptaba Londres, partidario del librecambismo, de la desregulación y del ultraliberalismo, y con el actual sistema de gobernanza que otorga a cada país un voto -vale lo mismo el voto de Malta que el de Alemania-, consiguieron echar abajo una candidatura que tenía detrás a más del 80% del PIB y de la población europeos.
Alemania y Francia ya tienen experiencia en estas lides: como se recordará, en 2018 Merkel y Macron plantearon la culminación de la unión bancaria y la creación de un presupuesto para la eurozona. Y ambos designios fueron convenientemente aparcados por la oposición de los frugales y de otros países que, como Irlanda y Luxemburgo, hacen un pingüe negocio con el dumping fiscal.
Este pasado lunes, Sánchez acudió a La Haya a entrevistarse con Mark Rutte, el primer ministro holandés, con quien el español tiene al parecer amistad personal. Pero no hubo árnica para las peticiones españolas: con buenas palabras, el líder holandés comparte la necesidad de salir de la crisis unidos, en el sentido de proyecto político comunitario, pero mantiene los matices de la solidaridad financiera que explican la etiqueta de ‘frugal’: insiste en que apoyará el plan de recuperación europeo siempre que las ayudas sean en concepto de subvenciones y con reformas nacionales. Y recomendó a Sánchez de que persuada al Parlamento español de que esta condicionalidad es inevitable si se desean realmente las ayudas europeas.