Antonio Papell
Dos años de la moción de censura
El problema de Casado suscitado por el surgimiento de la extrema derecha era/es colosal
Se han cumplido dos años de la moción de censura constructiva, prevista en el artículo 113 de la Constitución, que se saldó con la salida de Rajoy de la presidencia del Gobierno y la investidura de Sánchez . El argumento esgrimido, que suscitó una ... heterogénea alianza contra el Partido Popular, fue la sentencia del ‘caso Gürtel’ de mayo de 2018 que acreditó y condenó la corrupción de la formación conservadora entre 1999 y 2005.
La sucesión de Rajoy en el PP fue relativamente compleja y a las primarias concurrieron las dos ‘números dos’ del propio Rajoy, Soraya Sáenz de Santamaría y Dolores de Cospedal, y, a modo de tercera vía, el joven Pablo Casado. Finalmente, en la segunda vuelta se enfrentaron Sáenz de Santamaría y Casado, que se identificaron hasta cierto punto con sus respectivos mentores, Rajoy y Aznar (Casado había sido jefe del gabinete del expresidente Aznar entre 2009 y 2012), y terminó siendo Casado el victorioso (julio de 2018), lo que provocó la retirada de la primera línea de toda la antigua plana mayor de Rajoy, con alguna excepción singular como Ana Pastor (la exministra gallega mantuvo cierta distancia de este proceso típicamente madrileño).
Casado no ocultó su sintonía con Aznar, y prueba de ello es que situó a su lado a Cayetana Álvarez de Toledo, quien después de haber sido diputada del PP, rompió su relación con Rajoy en octubre de 2015 por la ‘debilidad’ de este en la defensa de los principios conservadores. Actualmente es la portavoz del PP en el Congreso de los Diputados, y mantiene una línea autónoma, casi nunca coincidente con la política de su partido.
La crisis electoral del PP, que en última instancia fue más imputable a la corrupción en tiempos de Aznar que a las políticas del moderado Rajoy, tuvo una consecuencia inquietante, que fue la pérdida de envergadura del histórico partido, no sólo por el centro -Ciudadanos, que había emprendido una línea conservadora con la que arañaba ostensiblemente terreno al PP- sino también por la derecha, con la irrupción de VOX. En las elecciones de 2015 y de 2016, Vox, ya con Santiago Abascal al frente, apenas alcanzó el 0,20 y el 0,23%, respectivamente, de los votos y ningún escaño. En cambio, en las primeras elecciones a las que acudió Casado, en abril de 2019, la formación de extrema derecha alcanzó el 10,26% y 24 diputados. La catástrofe para el PP fue mayor en las elecciones de noviembre de 2019 en las que Vox logró el 15,09% de los votos y 52 escaños, convirtiéndose en la tercera fuerza.
El problema de Casado suscitado por el surgimiento de la extrema derecha era/es colosal. En Europa, la derecha no pacta con la extrema derecha, la CDU/CSU no se habla con la AfD. Pero Vox es una criatura de Aguirre y de Aznar, y además la única forma que tenía el PP, con 88 escuálidos escaños en el Congreso (el 20,8%), de arañar poder territorial era prestándose al tripartito conservador, a la famosa foto de Colón. Gracias a Vox, el PP gobierna en Andalucía, en Murcia, en Castilla-León.
Sin embargo, la condescendencia del PP con Vox es delicada. En Francia, por ejemplo, el antiguo Frente Nacional (actualmente ‘Ressemblement National’) ya es dominante en el hemisferio conservador, en detrimento de la derecha tradicional, liberal y neogaullista. Aquí, el encrespamiento y la polarización de la política, debidos más a la estridencia de la extrema derecha que al radicalismo, muy templado últimamente, de Unidas Podemos, favorecen objetivamente más a Vox que al PP, que se está quedando en tierra de nadie.