Antonio Fernández Repeto
El virus no descansa
Los que creyeran en su momento que habíamos vencido y que la pandemia estaba controlada, estaban muy equivocados
Estamos de nuevo en pie de guerra. Los que creyeran en su momento que habíamos vencido y que la pandemia estaba controlada, estaban muy equivocados. Poco a poco y confiados en la protección que ofrecen las vacunaciones, nos hemos ido relajando. Desde hace un tiempo ... estamos viendo como las mascarillas desaparecen de las calles. Las terrazas y los bares están cada vez más concurridos y los espectáculos, tanto al aire libre como en espacios cerrados, también. Al creernos inmunes le hemos perdido el respeto al virus. Sin embargo, cada día, y no ha parado en todo este tiempo, los índices de contagio, aunque en valores muy bajos, se han mantenido activos.
Pero ahora otra vez el mundo tiembla. El 18 de noviembre la Dra. Angelique Coetzee presidenta de la Asociación Médica de Sudáfrica alertó sobre la aparición de una nueva variante del maldito coronavirus causante de la pandemia. En su comunicado aseguraba que, hasta estos momentos, las personas contagiados habían presentado síntomas muy leves y que ninguno había necesitado hospitalización. Su primer afectado por esta variante, a la que se ha denominado Ómicron, fue una persona de 30 años. Padecía un poco de dolor de cabeza además de un trastorno de garganta que describió como una picazón sin tos ni perdida de gusto ni olfato. El bajo porcentaje de vacunaciones que sigue existiendo en Sudáfrica actualmente ha facilitado el resurgimiento y la rápida difusión de esta nueva variante. Al diagnosticar a más pacientes con estas características y que no encajaban con la variante Delta (que es la que actualmente impera mundialmente), la Dra. Coetzee advirtió al Ministerio de Salud y este lo transmitió a la OMS que declaró a esta cepa Ómicron como una “variante de preocupación” a nivel mundial. Esto ha provocado la gran alarma mediática que estamos viviendo de nuevo.
Su aparición en Sudáfrica ha coincidido también con una sexta ola de la pandemia, prevista ya ante las bajas temperaturas del otoño/invierno y que, por lo que vemos en las diferentes televisiones, esta haciendo estragos de nuevo en muchos países europeos donde la vacunación deja mucho que desear.
Aquí, en nuestro país y gracias a las vacunaciones realizadas, de momento, la incidencia sigue controlada. Pero, no debemos relajarnos un ápice. Los virus y este en particular, se comportan como los okupas. Si estos, a los okupas me refiero, necesitan una casa vacía para ejercer su invasión, los virus y en este caso esta nueva variante al parecer mucho mas contagiosa, precisa un huésped sin anticuerpos, es decir, alguien no vacunado para infectarlo. Por eso las vacunas y los sistemas de protección como las mascarillas, la higiene, la distancia de seguridad y la ventilación siguen siendo la clave. Ahora, nuestras autoridades, además de la campaña de las terceras dosis a los ya vacunados, van a recomendar la inmunización de los más pequeños, nuestros héroes de entre 5 y 12 años. Ellos, sin saberlo, y a veces asintomáticos, son reservorios activos y pueden transmitirnos la Covid-19. Su vacunación los protegerá a ellos y a nosotros. El virus no va a descansar, hay que seguir en la lucha, no tenemos otro remedio.
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