Antonio Fernández Repeto
Yo me vacunaré
Si rememoramos ahora el diciembre pasado, no éramos conscientes, ni por asomo, de la que se nos venia encima
Va a cumplirse más o menos un año que, según los datos que actualmente conocemos, aparecieron los primeros casos de la Covid19 en Wuhan. Si rememoramos ahora el diciembre pasado, no éramos conscientes, ni por asomo, de la que se nos venia encima. Preparábamos, como ... de costumbre, las fiestas de Navidad con la inocencia propia del desconocimiento. Hoy, con la que esta cayendo, la situación ha variado totalmente. A diario, en todas las cadenas de televisión, nos mantienen en vilo elucubrando como serán estas fiestas este año. Soy de la opinión, y pienso que muchos de ustedes también, que nos ha tocado vivir algo insospechado y especial. Algo que nunca, ni en lo mas recóndito de nuestros pensamientos, podíamos preveer. Pocos podían pensar como, en una sociedad tan desarrollada tecnológica y científicamente como la nuestra, algo podía ser tan letal que modificara nuestros hábitos de comportamiento de una forma tan radical. Pues resulta que si, que una partícula tan ínfima como un virus, esta poniendo en peligro a toda la humanidad, parece increíble, pero es cierto y lo estamos padeciendo.
Pero, esta situación, aunque nos parezca increíble no es nueva. La humanidad, a lo largo de la historia se ha visto periódicamente amenazada y atacada por hechos similares. Los primeros registros conocidos por una infección viral aparecen en una estela egipcia donde se representa a un sacerdote de la XVII dinastía (1.580-1350 A.c.) con un pie deforme característico de una infección por el virus de la polio. También se conocen en la edad media endemias y epidemias de sarampión, viruela, influenza que producían grandes índices de mortandad. Las infecciones víricas han tenido en jaque a la humanidad durante toda nuestra historia y solo ha podido controlarse desde la aparición de las vacunas. En 1716 María Woertley Montagu descubrió la técnica de la variolización que protegía de la viruela mediante inoculación de pus de pacientes de viruela en la piel de un individuo sano. Posteriormente Louis Pasteur (1822-1895) poco a poco fue consciente de la inmunización mediante inyecciones de infectados por la rabia a personas sanas. Así poco a poco se ha ido avanzando en la lucha contra los virus pero son tantos y de naturaleza tan variada que la batalla continua.
Ahora todos estamos ante la incertidumbre de las investigaciones que se están llevando a cabo para conseguir las vacunas que nos protejan de este coronavirus que nos asola. Hemos de ser conscientes de que lo único que puede librarnos de ésta pandemia es una vacuna. Como ha ocurrido a lo largo de la historia, inmunizándonos del virus es como podremos protegernos y vencerlo. Si nuestros antepasados superaron pandemias tan graves como las que padecieron y se atrevieron a inocularse las rudimentarias vacunas que en aquellas épocas se obtenían ¿no vamos nosotros a confiar en nuestros científicos actuales? Tenemos además la suerte que durante este último año la mayoría de los investigadores de todo el mundo se han centrado en conseguir un remedio contra esta pandemia. Confiemos ellos, yo me vacunaré.