Antonio Fernández-Repeto
Gol en propia puerta
No debemos tener miedo, hay que ser precavidos y consecuentes

Hace unos días veíamos por televisión la ceremonia organizada en el Gran Palacio del Pueblo de Pekín para celebrar «la derrota» del actual brote de coronavirus. En su alocución patriótica el Dr. Zhong Nanshan decía «Hemos derrotado el actual brote» (en chino, naturalmente) y, aunque ... no lo entendía, pensaba para mis adentros ¿Dónde he oído yo ya esto? Sí querido lector, todos recordamos esas palabras durante la proclama que nuestro actual presidente de gobierno nos dedico, también por televisión como nos tiene ya acostumbrados, el pasado mes de Junio. No se si en China será una realidad, desde luego en nuestro país ni era cierto entonces ni mucho menos cierto es ahora. Nos encontramos ante una realidad muy diferente. Cada día hay más inseguridad sanitaria. Los hospitales, poco a poco, van volviendo a ocupar sus camas con afectados por la COVID-19. Parece que en estos momentos y gracias al gran esfuerzo y dedicación de todos los sanitarios, la enfermedad está mejor controlada y los tratamientos son mas efectivos pero la realidad es que las cifras de afectados por los rebrotes se van convirtiendo en muy alarmantes y preocupantes.
En estos días están abriendo de nuevo los colegios. Otra vez la falta de previsión y la improvisación de nuestras autoridades han creado un clima de inseguridad e inquietud en la población ante esta vuelta a las clases. Es normal y más que necesario que los niños retomen sus actividades , tienen que acudir a los colegios no solo para su formación lectiva, es imprescindible que se relacionen con sus compañeros y con personas de su edad. Psicológicamente va a ser, sin duda, una generación marcada por esta experiencia que les ha tocado vivir. Los estudios epidemiológicos muestran que, salvo excepciones, la población infantil esta exenta de riesgo de padecer graves complicaciones por esta enfermedad, pero se pueden convertir en vectores de contagio a otras poblaciones de riesgo simplemente por ser asintomáticos. Hay que poner los medios, que los hay, para que ellos retomen sus actividades y evitar la propagación de rebrotes que aumenten el riego al resto de la población. No debemos tener miedo, hay que ser precavidos y consecuentes.
Estamos viviendo algo que nunca hubiéramos imaginado. Todavía sigue pareciéndome mentira la imagen ya cotidiana al salir a la calle y ver a todo el mundo con mascarillas. No me sale eso de codearme para saludar, que quieren que les diga. Para colmo se sigue confirmando cada vez más que nos han tocado los peores políticos en los peores momentos. Hace unos días tanto los responsables autonómicos como los nacionales lanzaban las campanas al vuelo diciendo que en diciembre ya tendríamos disponibles las vacunas. Pues no, tampoco, la farmacéutica sueco-británica AstraZeneca acaba de suspender las pruebas y los ensayos clínicos de su vacuna (en la que la UE y nuestro país habían invertido gran cantidad de millones de euros) por haber aparecido complicaciones graves en algunos pacientes de los ensayos. Lo de siempre, se tiran al ruedo sin muleta para ganar puntos y al final se meten un gol en propia puerta.
P.D.: Hoy se celebra la Diada en Cataluña ¿Habrá consecuencias?