Antonio Fernández Repeto
Ponte la mascarilla
Antes contábamos los días de confinamiento hacia adelante pero, al menos a mi me pasa, ahora los contamos hacia detrás
Estamos llegando al final de la fase 2 de la desescalada . Antes contábamos los días de confinamiento hacia adelante pero, al menos a mi me pasa, ahora los contamos hacia detrás. Hoy, solo faltan cuarenta y ocho horas, o sea dos días, para ... pasar a la fase tres que es la cuarta ¿no?. En líneas generales la ciudadanía, esta cumpliendo las normas. Cuando salimos a caminar o a las compras diarias la mayoría usa su mascarilla, se saluda chocando los codos y mantienen la distancia de seguridad. Es cierto que hay algunos inconscientes que no lo hacen y así vemos en los noticieros como se cometen abusos, y autenticas imprudencias, que han originado rebrotes peligrosos. Es una pena que por culpa de unos pocos podamos padecer una nueva activación de la pandemia y tengamos que volver para atrás. El virus no se ha ido, aunque muchos lo crean así, esta ahí, acechando y al menor descuido volverá a atacarnos. Ahora estamos mas preparados tenemos elementos de protección y podríamos intentar minimizar los contagios pero, ni tenemos tratamiento efectivo, no poseemos inmunidad de rebaño, ni tampoco, por ahora, vacuna que nos inmunice. Hay que seguir muy alertas y utilizar nuestras armas convenientemente y durante bastante tiempo.
Hace unos días he tenido ocasión de leer un artículo de Javier Sampedro que desvela uno de los grandes peligros de esta pandemia. Hasta ahora los expertos han explicado el contagio de este SARS-CoV 2 a través de las goticulas depositadas en las superficies y que eran emitidas por la tos o los estornudos de los pacientes afectados. Para evitar este contagio nos recomendaban lógicamente el lavado insistente de manos, no tocarnos ojos nariz o boca, guardar la distancia de seguridad y desde hace unos días utilizar mascarillas. Se hablaba, aunque poco, de los pacientes asintomáticos y según este artículo ahora, en la fase de desescalada, estos portadores asintomáticos asumen una gran importancia. Estas personas, sin síntomas, no tosen, no tienen fiebre, no tienen ningún síntoma y ellos no saben que lo son pero hablan. Al hablar emiten por la boca unas partículas mucho más pequeñas que las gotículas, los llamados aerosoles. Estos, permanecen en el aire, en suspensión, durante horas en espacios cerrados y también viajan con el viento. Los aerosoles, por su pequeñísimo tamaño, penetran en los alveolos pulmonares con mucha facilidad y por ello los contagios son mucho peores.
La mayoría de los países según estudios realizados por los autores Kimberly y Ptrater todavía no han reconocido la importancia de la transmisión de esta enfermedad por aerosoles o “por el aire” cuando actualmente hay indicios de que casi el 79 % de la transmisión en Wuhan, foco de la actual pandemia, se produjo por contagiadores asintomáticos no diagnosticados.
Ya no tenemos que tener miedo de un paciente sintomático tosiendo o con fiebre, a ese lo vemos venir y nos protegemos. De los que debemos tener miedo es de las personas “aparentemente” sanas que nos rodean y hablan. Por lo tanto, querido lector, te lo recomiendo una semana más. Ponte la mascarilla.