Antonio Fernández - Repeto
Llegaremos tarde
Si queremos vencer a la pandemia hay que conseguir que la vacunación general se realice en el menor tiempo posible.
Llevamos vividos apenas dos semanas del tan ansiado 2021 y, por lo que estamos viendo, parece que va a hacer bueno al 2020. En solo 15 días ya casi estamos olvidando lo que llevamos pasado. El virus sigue haciendo de las suyas, se ha producido ... algo que todos creíamos insólito, el asalto por las ordas Trumpistas del Congreso de los EEUU y para colmo nos ha visitado ‘la Filomena’ asolando todo el país y dejando a su paso las nevadas del siglo. Los termómetros llevan días registrando temperaturas totalmente inusuales. Se han agotado las palas y la ropa térmica. Si esto es lo que nos espera a lo largo del año, yo me bajo aquí.
Desde hace unos días, el 27 de Diciembre concretamente, la ya popularísima Araceli de 96 años puso decididamente su brazo a disposición para recibir la primera dosis de la vacuna antiCovid-19 en nuestro país. Desde ese momento, tan esperado por todos, nuestros políticos se subieron al carro mediático para proclamar sus bondades y comenzó la campaña de vacunación.
Lo que en un principio, ilusos de nosotros, pensábamos que estaba perfectamente planificado ha resultado ser nuevamente otra falacia. Con gran pomposidad y en otra de sus comparecencias mesiánicas, nuestro presidente anunció que teníamos a disposición 13.000 puestos de vacunación para repartir las dosis salvadores (que casualidad, el mismo número de centros de salud que hay en el país).
Ha pasado casi un mes y hay más vacunas en las neveras que inyectadas. Una vez más la trágica pandemia sanitaria esta sirviendo para un enfrentamiento entre los partidos del gobierno y la oposición. Parece que no quieren enterarse de la situación tan dramática que estamos viviendo en la que día a día crecen los contagios y el número de fallecimientos aumenta inexorablemente. Están desgastando a la sociedad en todos los aspectos. En lugar de aunar esfuerzos se dedican a hacer campaña con sus enfrentamientos dialécticos. Estamos en una situación extrema, se acerca o mejor dicho ya estamos padeciendo una tercera ola de pandemia. Los servicios sanitarios están al borde de la desesperación y no se vislumbra, ni por asomo, esa velocidad de crucero en las vacunaciones tan anunciada por el candidato Illa (otro fraude político).
Cuando hay una situación de guerra hay que dejarlo todo y defenderse con uñas y dientes. Ahora, desgraciadamente, vivimos en un estado de guerra biológica y deberíamos utilizar todos los medios disponibles para conseguir la inmunización total de la población lo antes posible. Si no se puede destinar todo el personal sanitario activo para atender la gran demanda de vacunaciones, se deben utilizar todos los recursos disponibles. La ministra Robles ha ofrecido a los sanitarios militares, diversos colectivos como enfermeros, médicos jubilados y farmacéuticos también se han ofrecido para colaborar en esta empresa ¿Porque no se utilizan?
En otros países se han habilitado gimnasios, polideportivos y hasta se han montado carpas en los aparcamientos públicos para vacunar desde el coche. Si queremos vencer a la pandemia hay que conseguir que la vacunación general se realice en el menor tiempo posible. Como siempre, llegaremos tarde.