Antonio Fernández-Repeto
La libertad vendrá sola
Creo sinceramente que de ninguna forma somos libres ahora, ni tampoco hemos estado presos durante el pasado año
Hace solo ahora una semana fue levantado el estado de alarma, se anularon los toques de queda y se restituyó, al menos en Andalucía, la movilidad total. A raíz de esto, me ha sorprendido enormemente ver la reacción de muchos ciudadanos clamando por las calles, ... algunos desaforadamente, la supuesta recuperación de la libertad. Creo sinceramente que de ninguna forma somos libres ahora, ni tampoco hemos estado presos durante el pasado año. Hemos sufrido y seguimos sufriendo el ataque incontrolado de un microorganismo que ni vemos ni conocemos, un enemigo que sibilinamente ha estado y aún sigue, aunque muchos no lo crean, diezmando a toda la humanidad. Soy de la opinión que, desde un primer momento, nuestros responsables sanitarios se equivocaron en la forma de transmitirnos la gravedad del problema al que nos hemos estado y seguimos enfrentándonos. Desde un primer momento, y a las palabras del señor Simón me remito, minimizaron su importancia y evitaron mostrarnos imágenes que pudieran hacernos ver la tragedia que en muchos casos se estaba produciendo.
La aparición en nuestras vidas de un elemento como éste ha trastocado todos los planteamientos de nuestra, hasta ahora, acomodada sociedad. Se han perdido las relaciones sociales, hemos tenido que cambiar drásticamente nuestros hábitos de vida, se ha resentido radicalmente nuestra economía, se han perdido empleos, puestos de trabajo, se han cerrado negocios y han quebrado numerosas empresas. Por contra, y desgraciadamente, nuestros dirigentes han utilizado la pandemia con fines partidistas sirviendo como arma arrojadiza de unos contra otros importando poco las consecuencias.
Ahora, una de las principales preocupaciones es conocer si antes del mes de agosto alcanzaremos la inmunidad de grupo y cuándo podremos dejar de usar las mascarillas. Ya el pasado martes el señor Simón adelantaba que en breve podríamos dejarlas. Si él ha dicho eso, ya sabemos que quedan mascarillas para rato.
Desgraciadamente, los índices de la pandemia, a pesar de lo que pregonan, no auguran que de momento podamos conseguir esos objetivos. Las inmunizaciones aun no han sobrepasado el 25% de la población y el índice R0 (que es el que mide la capacidad de contagios de la enfermedad) aún está entre 1,5 y 3,5. Según los científicos, hasta que este índice no baje por debajo de 1 no se considerara que la pandemia está controlada.
En efecto, como dije al principio, se nos ha levantado el estado de alarma después de más de seis meses pero no se ha transmitido a la población y mucho menos a los jóvenes que aún queda mucho camino por recorrer. Día a día aparecen nuevas mutaciones y aunque las hospitalizaciones han mejorado su ratio aún está muy lejos la inmunidad colectiva.
Da miedo ver las imágenes en los noticieros de todas las cadenas con esas concentraciones de jóvenes, y no tan jóvenes, clamando a voz en grito ¡Libertad! ¡Libertad! No podemos relajarnos. Las mascarillas, la distancia social y la higiene siguen siendo nuestras mejores armas. Cuando todos estemos inmunizados y la Covid-19 desaparezca de nuestras vidas, la libertad vendrá sola.
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