Antonio Fernández-Repeto

Hasta siempre, Paca

Han sido varias generaciones las que han aprendido con ella y muchos a los que, con su dedicación y entrega nos inoculó su pasión por el foklore

Paca Briceño. La Voz

Antonio Fernández-Repeto

Hace unos días nos dejó una buena amiga, nuestra querida Paca Briceño. Hasta hace muy poco fue un secreto su edad, la guardaba como oro en paño, aunque ya en los últimos tiempos no le importaba que se supiera. Ahora, para todos los que la ... conocimos es un orgullo recordarla y agradecerle los casi 90 años que ha estado entre nosotros. A pesar de lo que muchos creen, no nació en Cádiz, lo hizo en Conil y llegó a nuestra ciudad desde Medina a la edad de 10 años tras el temprano fallecimiento de su padre. Ha sido y será siempre un referente en nuestra ciudad, no en vano el Excelentísimo Ayuntamiento la reconoció concediéndole la medalla del Trimilenario de Cádiz.

Ella, por su amor al folklore sobre todo, dedicó gran parte de su vida a promocionarlo, cuidarlo y enseñarlo a todos los gaditanos y gaditanas que tuvimos la oportunidad de conocerla. Desde muy joven perteneció al Grupo de la Sección Femenina y gracias a su labor, rescató muchos bailes que estaban casi olvidados.

De entre ellos hay que destacar el Chacarrá de Tarifa que recreó con el vestuario de las cobijas de Vejer y que tanto gusta actualmente cuando se representa. Defendió y dignificó la escuela bolera andaluza que se representa en los escenarios con el vestuario goyesco propio de la época y que nosotros lo identificamos con nuestro traje de piconera.

Nuestro folklore encontró en Paca un baluarte inexpugnable. Defendió con uñas y dientes su más pura esencia tanto en su representación bailada como en los vestuarios, peinados y aderezos. Siempre cuidó al máximo detalle su puesta en escena y sus coreografías tuvieron y tendrán para siempre su impronta.

Han sido varias generaciones las que han aprendido con ella y muchos a los que, con su dedicación y entrega nos inoculó su pasión por el foklore. Por mi parte conocí folklóricamente a Paca allá por los años ochenta cuando pasé a formar parte del Grupo de la cátedra Municipal de Cultura Adolfo de Castro del que era directora. No fue por mis dotes artísticas, ya que de baile antes y ahora sigo mas bien cortito, sino formando parte de la orquesta de bandurrias. Desde entonces mis vivencias con ella han sido múltiples, participé en algunos festivales y posteriormente junto con Manolo Granado durante muchos años promovimos el festival internacional en Cádiz. En este tiempo hemos podido valorarla en toda su extensión artística y sobre todo humana. También ha sido mi paciente oftalmológica ya que la intervine de cataratas de los dos ojos.

De carácter fuerte pero de gran corazón Paca siempre caminaba recta por la vida y gracias a estas cualidades todos los que la hemos conocido la hemos valorado y la hemos apreciado hasta sus últimos días. Ha sido una mujer carismática y prueba de ello es que el otro día en la despedida de sus restos mortales se reunieron en torno a ella varias generaciones de sus alumnos y alumnas y la despidieron tristes y alegres a la vez a los sones de un tanguillo gaditano y de su Chacarrá. Al final, cuando ya marchó hacia su último destino, descorcharon una botella de Canasta y brindaron por ella como me gustaría que lo hicieran los que lean estas letras en su recuerdo. Hasta siempre Paca.

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