Antonio Fernández-Repeto
Estoy más protegido
La efectividad de la inmunización mediante las vacunas es lo único que puede garantizarnos la victoria sobre el mal que seguimos padeciendo
Parece que en este mes de abril va a acelerarse el proceso de vacunación para intentar llegar a los meses estivales al tan ansiado 70% que nos aseguraría la inmunidad de grupo. Ya se vacunaron los sanitarios, los cuerpos de seguridad y todos los que ... de un modo u otro están en primera línea de batalla contra el dichoso coronavirus. También han pasado por los puntos indicados los docentes que día a día conviven con nuestros colegiales y que de una manera u otra también están expuestos al contagio.
Gracias a las dosis aplicadas en las residencias de mayores se ha podido comprobar como, al inmunizar a los residentes y sus cuidadores, los índices de contagios y defunciones han disminuido drásticamente en esta población tan azotada durante las primeras oleadas de la Covid-19.
Esto debe hacernos pensar que la efectividad de la inmunización mediante las vacunas es lo único que puede garantízanos la victoria sobre el mal que seguimos padeciendo. Me sorprende comprobar como todavía existen opiniones disidentes. Entiendo que existiera una gran desconfianza hacia estos métodos preventivos cuando, en el Siglo XVIII, Edward Jenner promulgó la vacunación contra la viruela inoculando secreciones purulentas de las mujeres ordeñadoras, o cuando el doctor Balmis con Isabel Zendal en 1803, se embarcaron en el María Pita para llevar al continente americano las vacunas contra la viruela sobre niños inoculados. Pero que hoy, en el Siglo XXI, y que a estas alturas de la película existan negacionistas, cuando las vacunas nos han librado de enfermedades tan peligrosas como la poliomielitis, el sarampión o la viruela, la verdad es que no lo entiendo.
Las vacunas, y esta archidemostrado, son las que pueden librar a nuestra especie de enfermedades que, por sí solas, podrían devastarnos. Debemos tener claro que todas las vacunas, que nos proponen nuestros investigadores solo pretenden librarnos de esta pandemia. Unas serán más efectivas que otras, no lo pongo en duda. Unas darán más reacción que otras, tampoco dudo de ello, pero no por eso dejan de ser recomendables. En estos días se ha desatado un gran proceso mediático que pone en duda la seguridad de la vacuna de AstraZeneca. La confirmación por la A.E.M. de que en algunos casos, muy pocos, puedan aparecer efectos indeseables graves en forma de trombosis está sembrando dudas en la población. Las autoridades sanitarias tienen que generar confianza y tranquilizarnos. Deben cuidar sus decisiones y no cambiar los criterios sin ton ni son como vienen haciendo últimamente. Si los científicos internacionales han investigado estos casos y, de momento, siguen recomendando su utilización, debemos confiar en sus criterios, razones tendrán para hacerlo.
Yo, como sanitario aún en ejercicio, ya he sido vacunado. No he tenido miedo a recibirla ni ninguna reacción que me haya hecho dudar de su efectividad. No me han inoculado un microchip ni estoy siendo controlado por potencias extranjeras.
Solo les puedo asegurar que tengo la sensación de que, al menos de momento, estoy más protegido.