Antonio Fernández Repeto
Cádiz no merece esto
Pocos podíamos imaginar, cuando celebrábamos el fin de año brindando o tomado las uvas el día de San Silvestre, que este veinte veinte iba a ser un año tan difícil
Pocos podíamos imaginar, cuando celebrábamos el fin de año brindando o tomado las uvas el día de San Silvestre, que este veinte veinte iba a ser un año tan difícil. Algunos, los mas pesimistas, y tirando del refranero auguraban ya un año bastante chungo: «Año ... bisiesto, año siniestro» o este otro «Año bisiesto, difíciles doce meses para el cesto». Han pasado los primeros siete meses y el balance no ha hecho más que confirmar las peores predicciones. Seguimos padeciendo esta maldita pandemia y, aunque en algunos momentos parezca que remite, de pronto se recrudece y nos vuelve a atacar. Independientemente del problema sanitario, que es de la máxima importancia sin duda, esta crisis nos esta afectando a todos los niveles. Parece, solo parece, que vamos a tener una buena ayuda para la recomposición económica a nivel estatal gracias al «nuevo plan Marshall» europeo. Los «nosecuantos» miles de millones que nos van a caer del guindo, dicen los expertos, que pueden paliar el déficit económico que esta produciendo la maldita Covid-19. Lo creamos o no, debe ser verdad a tenor de las salvas de aplausos que están ofreciendo sus correligionarios al Sr. Sánchez desde su regreso de la «encarnecida lucha» sufrida en el parlamento Europeo. Aunque, perdonen que les diga, yo creo que a nosotros, los gaditanos, nos llegará poco de la pedrea.
A nivel local y quitando la gran alegría de un ascenso, sin celebración, de nuestro submarino amarillo a primera, las cosas van también de mal en peor. No entiendo porque, cuando todo el mundo ha tenido que reincorporarse a su trabajo habitual después del confinamiento, siguen celebrándose los plenos municipales por medios telemáticos. Ha habido tiempo y existen medios suficientes en la actualidad para que estas asambleas ciudadanas hayan podido normalizarse y tratar los problemas de Cádiz, que son muchos, en tiempo y forma pero manera presencial.
Si damos un pequeño repaso a los temas más acuciantes podemos comprobar como el paro sigue irremisiblemente en aumento. Seguimos perdiendo gran cantidad de comercios, nuestras calles se están convirtiendo en un desfile incesante de locales vacíos. No se ponen en valor viviendas municipales para paliar el gran déficit existente. Sufrimos una invasión, cada vez mayor, de ocupaciones de la vía publica por tribus de indigentes y sin techos que incluso, como ocurrió hace pocos días en Santa Bárbara pueden suponer un peligro para la convivencia etc. etc. En definitiva, estamos bajo mínimos.
Hay suficientes asuntos, todos de gran importancia, para que nuestros munícipes, no paren de trabajar intentando ponerles alguna solución. Sin embargo, lo que mas preocupa, y a las pruebas me remito, es frenar indiscriminadamente la construcción de hoteles o apartamentos turísticos o cambiar de nombre al Estadio Carranza y al Teatro Pemán. Creo que van por el camino equivocado y su populismo se puede convertir en impopular. Darle voz y voto a colectivos formados por seis ciudadanos no es representativo del sentir general, ni mucho menos. La ciudad, nuestra ciudad, no merece esto.
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